La primera pregunta, y la primera duda que se plantea cuando se decreta una tregua entre las partes contendientes en un conflicto bélico, es saber cuánto durará. La tregua alcanzada entre Israel y Hamás por la mediación de Catar comenzó a la hora prevista el viernes con la entrada de decenas de camiones de suministro desde Egipto a la Franja de Gaza por el paso fronterizo de Rafah, a la espera de que se concretara el intercambio de un rehenes en manos del grupo terroristas palestinos desde los ataques del pasado 7 de octubre por una cuarentena de mujeres y adolescentes palestinos que se encuentran detenidos por Israel, muchos de ellos sin acusaciones concretas ni asistencia jurídica. El primer canje acordado es de 50 rehenes por 150 presos palestinos a lo largo de cuatro días.
Hasta el último momento, las tropas israelíes siguieron bombardeando zonas residenciales y las proximidades de hospitales, y una vez iniciada la tregua dispararon contra palestinos que trataban de viajar hacia el norte de la Franja para comprobar el estado de sus casas. Israel habría destrozado más de 60.000 viviendas según algunos informes.
La tregua de cuatro días servirá para aliviar la situación de una población civil carente de alimento, medicinas, agua y combustible para el desarrollo de su vida diaria, pero no dejará de ser un espejismo, después de que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, haya confirmado que después seguirán los ataques con la misma intensidad. “Este respiro será breve”, apuntaló el ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant. Solo la continuidad en el canje de rehenes, puede ampliar el alto el fuego a razón de un día sin ataques por cada diez secuestrados que sean liberados.
Esa posibilidad dependerá de los intereses militares de Hamás y de su voluntad de seguir contando con los rehenes como escudos humanos, porque las treguas tienen también un componente militar. Las Fuerzas de Defensa israelíes también aprovecharán para aprovisionar a sus unidades y reorganizarse para continuar su ofensiva. Pero la tregua se puede romper en cualquier momento, si alguna unidad de Hamás decide hacer la guerra por su cuenta y provoca algún ataque.
En el plano político, la visita del presidente del Gobierno español, en funciones de presidente de turno de la Unión Europea, Pedro Sánchez, junto con el apoyo de otros países, ha vuelto a poner sobre la mesa la solución de los dos Estados con fronteras seguras para resolver el conflicto palestino. La posibilidad del reconocimiento del Estado Palestino por parte de España y otros países europeos tendrá que esperar.
Entretanto más de 15.000 muertos por parte palestina, 6.000 de ellos niños, resulta, como dijo Pedro Sánchez, “un número de palestinos muertos insoportables”. Sobre todo, cuando el Ejército israelí es uno de los mejor dotados tecnológicamente, como ha demostrado en otras ocasiones y puede realizar “operaciones quirúrgicas” sin necesidad de lanzar ataques de tierra quemada contra población civil inocente.
