Opinión

India y el covid: suma de errores

India había superado con éxito la primera ola de la pandemia, pero la segunda le ha golpeado de lleno. En un país de casi 1.400 millones de habitantes, se contabilizan más de 300 mil fallecidos -imposible fijar una cifra exacta- y las grandes ciudades -Delhi, Calcuta, Bangalore- se han convertido en inmensos crematorios en los que a falta de atención oficial porque no disponen de los medios suficientes, los propios vecinos han levantado piras en las que destruir los cadáveres de sus allegados.

El hedor invade las calles, hay muertos en las aceras a la espera de que los recojan los servicios municipales, y no hay una cama libre en los hospitales. Jamás India, que había luchado con éxito ante la primera ola, pudo pensar que llegaría a esta situación.

Los ojos se centran en Narendra Modi, primer ministro desde 2014. Hombre respetado, ha iniciado en los últimos tiempos una deriva preocupante: como si se tratase de un gurú, aparte de imitar la figura exterior de los santones, con túnicas, largas barbas y cabello blanco, en lugar de tomar iniciativas políticas centra sus nuevos discursos en los valores de la familia, la ética y la moralidad. Justo cuando el país necesita un gobierno fuerte que tome decisiones drástica ante una pandemia de imprevisibles consecuencias.

La segunda ola ha sido provocada por el éxito de la primera. India fabricó su propia vacuna, que exportó masivamente en lugar de dar toda la prioridad a sus propios habitantes, y además protagonizó un absurdo y dañino debate sobre las patentes con varios países y farmacéuticas extranjeras. Ese éxito hizo que se abriera la mano irresponsablemente y se autorizasen actos masivos sin los obligados protocolos de mascarillas y distancias de seguridad. Entre ellos, el Kumb Mela, que tiene lugar cada 12 años y es el acto religioso más multitudinario que se celebra en el mundo, con inmersión de centenares de miles de hindúes en el Ganges.

India se encuentra en situación crítica desde el punto de vista de la pandemia, pero también ha creado una situación de gravedad extrema en el resto del mundo: todos los países se han visto obligados a tomar normas expeditivas para bloquear a pasajeros procedentes de la India, que deben cumplir cuarentenas más largas de lo habitual y desembarcar solo con pcr negativos o certificados de estas vacunados. En el caso de Australia, las medidas son aun más drásticas: se impide el paso a cualquier pasajero que proceda de la India … incluidos ciudadanos australianos.

La cepa india, por otra parte, todavía no se encuentra suficientemente identificada como para conocer la metodología eficaz para neutralizarla.

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