Opinión

El terrorismo tiene un nombre: Hamas

Oriente Medio y el mundo entero sigue conmocionado por las consecuencias del brutal ataque perpetrado por Hamas contra Israel, contra su población, que ha provocado que Netanyahu haya declarado el estado de guerra.

Si alguien dudaba de la crueldad del grupo Hamas, la violencia con la que ha actuado contra la población israelí, con matanzas indiscriminadas, violaciones y secuestros de mujeres y niños demuestran que está bien su inclusión entre los grupos terroristas. Pretenden utilizar a sus víctimas como escudos humanos para evitar los previsibles bombardeos israelíes contra los pueblos de Gaza, feudo de Hamas, que se ha hecho fuerte en la Franja amparado, apoyado y subvencionado por Irán. Un país que ha informado de inmediato que no ha tenido participación activa en el ataque contra Israel, pero es de dominio público que lo ha auspiciado e incluso organizado el ataque a Israel con sus expertos militares, además de suministrar los misiles.

La situación en Israel es de conmoción generalizada, por los centenares de víctimas mortales y miles de heridos, por el ensañamiento con el que han actuado los terroristas, y por la ineficacia de los servicios de información e inteligencia, que presumían de tener controlado a Hamas, organización supuestamente “trufada” por miembros del Mossad. Lo ocurrido demuestra lo contrario, que era Hamas quien manejaba una excelente información sobre Israel, un país que hoy rechaza mayoritariamente al Gobierno de Netanyahu por el malestar generalizado que ha provocado su proyecto de ley sobre la Justicia, que Netanyahu pretende poner bajo la autoridad del Gobierno acabando así con la obligada separación de poderes. Pero además el Mossad no tuvo en cuenta que se conmemoraba el 50 aniversario de la guerra del Yom Kippur, fecha religiosa que aprovecharon los países árabes fronterizos para atacar simultáneamente a Israel en su día anual de duelo por los muertos del pueblo judío. Ahora conmemoraba Israel otra fecha religiosa, el Sucor, lo que significaba que como en la guerra del Yom Kippur, la mayoría de la población, incluido el Ejército, habían descuidado las alertas.

Hamas conoce muy bien cómo actúa Israel, que nunca abandona a un preso propio, ni siquiera muerto; trata de hacerse con su cadáver para que sea enterrado en su tierra. Es conocido el caso del cabo Gilat Shalit, preso en Gaza durante varios años y que fue canjeado por mil miembros de Hamas que cumplían prisión en Israel. Ahora, con los secuestros de mujeres, niños y también hombres en edad militar, pretende Hamas el canje de los presos que sufren condena por terrorismo en cárceles israelíes.

Qué depara el futuro es una incógnita. Todo el mundo espera una gran operación militar de Israel con Gaza, pero sabiendo que esta guerra afecta no solo a Israel y Hamas, sino también a Líbano, Siria … e Irán, que es quien maneja a Hamas y a las guerrillas de Hezbollah asentadas en el sur del Líbano.

La comunidad árabe, incluida la Autoridad Nacional Palestina, con sus cuarteles en Cisjordania, se encuentran a la espera de los acontecimientos. Consideran a Hamas un grupo terrorista, con relaciones prácticamente nulas con la ANP, y además la mayoría de los países árabes mantienen ahora relaciones más o menos estrechas con Israel. Saben perfectamente que la población de Gaza y sus gobernantes son palestinos, aunque enfrentados tradicionalmente a quien fue el gran líder de ese pueblo, Yasser Arafat. 

De hecho, en el origen de Hamas, está comprobado, se encuentra Estados Unidos, que financió a ese movimiento para debilitar a Arafat, en aquel momento máximo dirigente de una OLP que buscaba alcanzar sus objetivos a través del terrorismo.

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