Son 37 cargos, de los que 7 son considerados delitos federales. Trump se declaró “No culpable” pero no ha podido evitar el procesamiento por un tribunal de Miami, aunque se le permite la libertad de movimientos y no se le ha retirado el pasaporte.
Su objetivo: retrasar lo máximo posible su juicio, de manera que se celebre después de las elecciones de noviembre del 2024, y pueda ser indultado. Quizá por él mismo, está convencido de que, si quiere, será de nuevo presidente. Aunque el martes pasado, cuando compareció en Miami ante el tribunal, los seguidores que le acogieron en la calle con gritos de apoyo no llegaban a los dos mil. Las autoridades, que habían preparado un importante dispositivo de seguridad para evitar altercados, habían previsto al asistencia de unos 50 mil. Todo un toque de atención para Donald Trump, que sigue hablando del futuro con él en la Casa Blanca.
Han sido frecuentes sus problemas con la Justicia, el más reciente hace pocos meses, cuando fue acusado de pagar a la actriz porno Stormy Daniels para que no hiciera declaraciones sobre la aventura que mantuvieron cuando él estaba casado con Melania. Fue un caso que protagonizó los informativos durante semanas, pero ahora se enfrenta a algo infinitamente más grave. Los delitos federales y las comparecencias ante un Gran Jurado son líneas rojas que destrozan la carrera de cualquier ciudadano. Trump sin embargo mantiene como principal punto de defensa que es víctima de una persecución política y, en el caso concreto al que ahora se enfrente, haberse llevado de la Casa Blanca, ilegalmente, documentos que atentan contra la seguridad nacional, alega que los documentos eran suyos y tenía derecho a trasladarlos a su residencia.
Como no contempla que no será presidente en el 2024, ya ha anunciado que entre sus primeras decisiones estará el nombrar a un fiscal especial para que investigue a Joe Biden y a su hijo, que ha estado implicado en varios asuntos turbios con anteriores gobiernos de Ucrania.
Para el Partido Republicano, la peripecia judicial de Trump es una pesadilla. Es, sin duda, el candidato con más posibilidades de ganar las primarias e incluso el que tiene más posibilidades de hacerse con la presidencia si finalmente se presenta. Pero es creciente la incomodidad de personalidades del Partido Republicano, ante la evidencia de que Trump no representa ya los valores que defienden.
El hecho de que en Miami no hubiera una multitud apoyándole durante su comparecencia judicial, es un síntoma de que empieza a perder seguidores incondicionales.
