La llamo y viene conmigo a donde la lleve, a donde yo quiera; sabe que la cuido…, es tan pequeña.
Se deja vestir, peinar, no pregunta…
La miro, veo su cuerpo, su frágil naturaleza y me estremezco.
Yo también tiendo mi mano porque tengo miedo y estoy perdido…; y al fin, me fío.