Opinión

Fish and chips

En un artículo mío de hace unos días sobre el príncipe Harry en la última línea yo dije, bromeando, que me iba a hacer unos “fish and chips”. Como esto requiere una explicación, como alcalde vuestro que soy os la voy a dar.

Los “fish and chips” son un típico plato de la gastronomía inglesa (!) que consiste en patatas fritas mezcladas con pescado frito rebozado, todo regado con vinagre blanco. ¡Que Dios perdone a Jamie Oliver! 

Sabe rico sí, pero para cualquier francés, español, italiano, portugués o griego, es una porquería solo equiparable a la peor hamburguesa de un MacDonalds cutre en un barrio de las afueras.

Así que lo voy a explicar. Atención.

Los “fish and chips” se hacen normalmente con filetitos de pescado blanco (abadejo, merluza, bacalao, etc.) que se rebozan con harina de trigo y después se mezclan con las patatas fritas, sal y vinagre. Hasta aquí todo bien. Por supuesto los filetitos no suelen ser de la mejor parte del pescado (cogote, lomos, etc.) sino de la peor, de la más barata. Pero eso no importa, están riquísimos salvo que sea usted alérgico al vinagre.

Es un plato muy popular en Gran Bretaña. En Londres incluso hay puestos callejeros que lo sirven en cucuruchos para llevártelos e ir comiéndolos con los dedos, o sea como los típicos puestos de perritos calientes de Nueva York. Yo mismo he perpetrado ambos crímenes, comer por la calle “fish and chips” en Londres y comer por la calle perritos calientes en Nueva York.

Dicho esto ¿por qué aquel día me hice yo unos “fish and chips” en mi casa? Pues bien, porque generalmente antes de cocinar sea para mí solo o para invitados, suelo consultar recetas sobre lo que voy a preparar. Antes lo hacía en libros, pero ahora lo hago por internet. Como cocino bien no hago eso porque no sepa hacer el plato, sino por si me aporta alguna novedad que no conozco, me parezca bien y puedo incluirla en la preparación.

El caso es que aquel día encontré una receta de esas que definiríamos como “para estudiantes” por su absurda simpleza y rapidez, como unos espaguetis con tomate, queso rallado y nada más. Y me pareció curiosa. La probé y resultó genial, así que se la cuento a ustedes. 

Receta para uno (si es para más, multiplique las cantidades).

Tome una lata de sardinillas de buena calidad. Escurra bien el aceite. Rebócelas en harina (yo utilicé “fariña de millo”). Fría las patatas y séquelas en papel cocina. Fría las sardinillas en el aceite muy caliente tan solo para que se doren y queden crujientes, tenga en cuenta que ya estaban cocinadas. Escúrralas también y mézclelas con las patatas fritas. Sale y riegue todo generosamente con vinagre (yo utilicé vinagre de Jerez).

Y ¡voilá! ¡Qué sencillo! Para chuparse los dedos. 

Cuando Harry y Megan vengan a casa les haré este plato. Seguro que les va a encantar.

Te puede interesar