Opinión

Los idiotas

Los idiotas” es una famosa película de Lars von Trier que inauguró el estilo cinematográfico Dogma de los años noventa, que básicamente consistía en rodar sin guión, sin escenarios, sin actores casi, sin historia, y claro está cámara en mano. Total... para lo que hay que ver. Pero aun así, como ejercicio creativo la película fue interesante, muy moderna y renovadora.

Redundando en el mismo tema también hay una novela, otra película, y a mayores una estupenda obra de teatro que se titula “La cena de los idiotas” y tuve la oportunidad de ver hace años en un escenario. Para colmo hay una maravillosa novela de Fedor Dostoyevsky que se titula “El idiota”. O sea que el del idiota parece ser un tema recurrente en nuestra cultura. ¿Por qué será?

La RAE con su precisa concisión de siempre define idiota de forma breve y exacta como “corto de entendimiento”. En menos palabras no se puede decir mejor.

Como yo soy bastante anticlerical aquel sketch de la TV3 catalana sobre la Virgen del Rocío que suscitó una polémica en nuestro país debería haberme importado un pito. O hasta hacerme gracia. El problema es que me pareció un sketch idiota, hecho por idiotas para idiotas. Si ese es el nivel del humor en la televisión catalana, tanto de sus realizadores, de sus guionistas y sus espectadores, empiezo a entender mejor la historieta de Puigdemont y sus colegas que, como un cómic de manga japonés hay que leer al revés, del final hacia el principio, desde hoy hasta los ocho segundos que les duró la declaración de independencia aquel día.

Todos tenemos algún conocido que hace chistes idiotas en el bar, chistes racistas, fascistas, machistas, nazis, homófobos, antisemitas, insultantes, repulsivos, pero aunque sus gracias no nos saquen ni la mínima sonrisa lo aceptamos simplemente por no liarnos y seguir tomando la caña tranquilamente con los demás.

Como a la RAE no se le escapa una, la segunda acepción de la palabra idiota es “engreído sin fundamento”, lo que le viene al pelo a esos chicos de la TV3. Quizá ellos se crean muy simpáticos y ocurrentes, pero no son los Monty Phyton ni de lejos. Sus chistes son malos. Su estilo patético. Su intención solo insultante. Tal vez deberían estudiar más a fondo a algún conciudadano suyo como Eugenio aquel catalán de Barcelona, a ver si así aprenden algo sobre cómo hacer chistes.

No voy a entrar en el tema de la indignación de rocieros, católicos y andaluces con este asunto, no me da tiempo y tampoco quiero defender a indignaditos. El humor puede y debe hablar de lo que sea. La indignación pertenece al territorio de la percepción y los sentimientos, y por el mismo asunto unos se indignarán y otros no. Si yo o mis creencias fueran objeto de una burla como esa creo que no me indignaría. Me daría igual. Ni siquiera me parecería una burla. Me parecería solo una idiotez.

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