Gabriel Rufián, una persona que me cae bastante bien y me gusta como político aunque no comparta sus ansias independentistas, citó hace unas pocas semanas en el Congreso el documental “Salvar al Rey” de HBO, para arremeter una vez más contra el emérito, una persona que a él no le gusta y a mí tampoco. Eso porque supuestamente, y según insinúa o medio afirma dicho documental, el emérito fue el instigador y el alma del intento de golpe de estado el 23F.
¡Vaya! Ya vuelve la burra al trigo. Como si HBO tuviera alguna autoridad o como si no hubiéramos oído esa historia mil veces.
Hace tiempo escribí un artículo que trataba sobre este mismo tema y sigo pensando exactamente igual.
Uno, HBO no es precisamente la Enciclopedia Británica, ni la Universidad de Harvard ni el comité del Nobel. Solo es una empresa que hace lo que más le conviene para vender sus productos, algo totalmente respetable y lícito. Pero no es sir Isaac Newton ni Albert Einstein.
Dos, la tesis de que el emérito estuvo detrás del levantamiento solo es una elucubración. Puede que fuera verdad o no, pero lo que sí fue verdad es que incluso aunque él hubiera apoyado inicialmente el golpe, en un momento dado se echó atrás, mandó a parar y ordenó a los militares que volvieran a sus cuarteles. Así lo vimos y vivimos todos los españoles, la clase política, los ciudadanos, los estudiantes, los trabajadores y los militares. Y esto no es una elucubración ni una película sino lo que ocurrió, la realidad.
Tres, que el emérito se haya tirado a cuanto bicho viviente bípedo femenino se le haya puesto por delante, o que haya evadido impuestos y la pasta que sea a Suiza o a las Caimán no debe confundirnos. Como diría el genial Manquiña en Airbag: “Una cosa no tiene nada que ver con la otra”.
Y cuatro por fin, me sorprende que alguien que considero inteligente como Rufián eche mano de HBO, Netflix, Amazon, o la compañía que sea, como si fueran fuentes de información fiables. No lo son. En absoluto. Pero últimamente parece que a nuestros políticos les ha dado por eso, como si Juego de Tronos fuera la Biblia. Y Juego de Tronos es tan poco de fiar como la Biblia. Son simples fantasías incluso aunque en este caso, el de “Salvar al Rey”, la serie adopte la forma de un documental. De hecho hay más documentales mentirosos que películas mentirosas, pregúntenle a Goebbles. Siempre lo digo: las mentiras están en los telediarios.
¿Saben porqué he titulado este artículo “Ya vuelve la burra al trigo”? Ahora al final me doy cuenta. Pues por una tontería personal casi infantil y un poco indirecta. Porque cuando yo era un niño y soltaba la típica, pesada y repetitiva frase de niño pequeño “papá, me aburro”, mi padre me contestaba siempre con sorna: “¡Pues no sea burra usted, no sea burra!”.
