Opinión

El abrazo de Paco Vázquez

El personal se ha quedado ojiplático al ver cómo Paco Vázquez acudía solícito a presentar en un foro al presidente Feijóo. No entienden que el exalcalde de A Coruña, exembajador ante la Santa Sede y exsocialista o el socialista más popular nunca niega un abrazo al que se lo pide cuando es consciente de que se puede liar muy gorda con su actuación. Libre y sin ataduras desde que las rapazas de Zapatero –Elena Valenciano, Bibiana Aído, Laura Seara...– se opusieron a que ocupase la mecedora del Defensor del Pueblo que, según dijeron, ya tenía apalabrada con el PP, tanto puede una tarde ensalzar la figura de Albert Rivera como una mañana deshacerse en carantoñas hacia el presidente de la Xunta.

Francisco Vázquez es un fenómeno manejando los tiempos y los medios. Cuando Zapatero le buscó acomodo en el Vaticano para que dejase de tocarle las narices con la unidad de España mientras se discutía el Estatut, el recién salido regidor concedió una entrevista a este chófer de anécdotas. Acababa de despedirse de la alcaldía con teatralidad, al ritmo de 'Suspiros de España' y del 'La, la, la' de Massiel, porque para él la ciudad que gobernó durante más de dos décadas siempre será La Coruña aunque la justicia lo deje sin razón con el topónimo. Llegó tarde a la cita en un hotel cercano a su vivienda, se disculpó y a continuación preguntó si la entrevista iba a ser publicada a doble página, el domingo y en un lugar destacado del periódico. Cuando recibió la confirmación pareció sentirse satisfecho, pero aún le quedaba otra duda por despejar: "¿Ese día no se da el 'Qué me dices'?". La cara de sorpresa del periodista no lo amilanó. "Lo digo porque entonces tendremos que esforzarnos muchos los dos".

Seguro que este martes se sintió feliz como un cativo al que le regalan un tebeo por recuperar protagonismo en los mentideros políticos. Le suele pasar a los que se niegan a reconocer que tienen más pasado que presente y que el futuro se escribirá sin su permiso. Hay voces que interpretan los arrumacos a Núñez Feijóo, al que invitó a dar el salto a Madrid por el bien de España, como un faenón al PSOE, pero el elogio también puede interpretarse como una puñalada al PP. Quizá horas después, Paco Vázquez se reía mientras Feijóo seguía proclamando que el mejor candidato es Rajoy.

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