Opinión

A la calle

Acaban de trizar la ilusión de un montón de chavales que se han enganchado al baloncesto y al deporte con la gigantesca temporada del COB. La ACB también ha enviado un mensaje perverso al dejar al equipo ourensano sin plaza en la máxima categoría por un defecto de forma en la auditoría.

Chaval, da igual que te esfuerces y ganes en la cancha el derecho a pelear en la élite, que el partido decisivo se disputa en un despacho y el dueño del juego decide quién participa en la fiesta. Y hay equipos que cuentan con menos parné que el COB para pagar la ronda.

Habrá quien aproveche una decisión tan inexplicable como difícil de digerir para atizarle a los responsables políticos que avalan al club, garantizando que los números rojos cambiarán de color nada más se constituya la Diputación de Ourense, pero quizá no se den cuenta de que este partido lo estamos per- diendo todos.

Los jóvenes necesitan referentes. Un equipo en la élite no sólo ayuda a promocionar a una ciudad necesitada de autoestima, sino que incide directamente en las ga- nas de hacer deporte, además de espantar la tentación de en- redarse en asuntos peligrosos. Cuando Celta y Sevilla fueron descendidos administrativamente a la Segunda División B de fútbol en 1995 por el retraso en la entrega de los avales para garantizar posibles impagos, la presión de dos aficiones y de dos ciudades propició que fuesen readmitidos a las dos semanas.

Hubo quien criticó que la peña se manifestase por su equipo en vez de movilizarse por los problemas sociales. Y habrá quien utilice ahora un argumento similar para cuestionar la indignación ciudadana. No se amilanen. Pongan fecha y hora y allí estaremos muchos más para pelear por un equipo que, según los principios del deporte, merece la plaza que ganó en la cancha. Queda partido. 

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