Opinión

Las chicas de la Cruz Roja

Rajoy anuncia que recurrirá la ley de consultas y el referéndum catalán que ha convocado Atur Mas; muere Miguel Boyer, ministro de Economía del primer Gobierno de Felipe González y marido de Isabel Preysler; la Organización Mundial del Trabajo pide que se aumenten los salarios y cuestiona el funcionamiento de las oficinas de empleo; el PPdeG se muestra molesto porque Navantia se lleva de Ferrol a Cádiz ocho de los 86 bloques del flotel para Pemex; el alcalde socialista de Vigo, Abel Caballero, tumba con el PP una iniciativa del BNG para que el Concello no recurra una sentencia que obliga a derribar la cruz franquista de O Castro; la edil de Urbanismo de Ourense, Áurea Soto, tendrá que ir a juicio por prevaricación y malversación en el caso de la plaza de San Antonio... 

La campana del teléfono salva al oyente del parte de desgracias del mediodía. "Le llamo de la Cruz Roja", anuncia una voz de mujer. "Eso sí es ser bueno en el trabajo. ¿Cómo saben ustedes que estoy a punto de cortarme las venas?" La ironía no le hace puñetera gracia, pero pregunta con voz amable por el nombre del titular de la línea. "Ya sabe la importancia que tienen la Cruz Roja y el trabajo que realizamos. Estamos haciendo una campaña de captación de socios para que colabore con lo que pueda porque aunque todos somos voluntarios los recursos son insuficientes". Cómo anda el asunto, cuando en la Cruz Roja ya se comportan como los teleoperadores de las compañías telefónicas. "Les he comprado 30 euros de lotería y no voy a darle por teléfono mi número de cuenta". La mujer no se amilana. "La lotería es para Cruz Roja Internacional, pero le estoy hablando de su ciudad y del servicio que prestamos de cercanía. Da igual que esté usted en paro o que su salario no sea muy alto, puede colaborar con la cantidad que desee..." Sólo falta Concha Velasco. 

Cuando finalmente la voluntaria cuelga, las noticias vuelven a ocupar la estancia. "Pese al aumento de donantes y voluntarios, España no está a la altura de las circunstancias porque hay mucha pobreza. El problema del país no se arreglará con que todos los españoles sean donantes", afirma uno de los responsables de Cáritas durante la presentación de su demoledor informe anual. Dan ganas de llamarlos.

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