Opinión

Confusión mundial

Ala espera de que el Mundial de Brasil traiga al debate una conversación decente, seguimos entretenidos con los asuntos de siempre hasta que las vacaciones nos sumerjan en una especie de duermevela. La confusión también es mundial y el menú de la distracción ya está servido.

Con la renuncia de la presidenta andaluza, Susana Díaz, a presentarse a la elección de secretario general del PSOE, en el partido de la rosa y las espinas ya hay más negativas que pasos al frente. Al ritmo que van, hasta no sería descabellado, aunque sí hilarante, que Alfredo Pérez Rubalcaba tuviese que esforzarse por el bien de la fuerza política y continuar en el cargo. A la izquierda, en 'Pablemos', como jocasamente han bautizado a Podemos, liderado por Pablo Iglesias, ya se han desatado las primeras discrepancias por la democracia interna y eso que todavía no han pisado más moqueta que la del Parlamento europeo ni han tenido que repartir cargos. Ya decía el comandante Costeau que la vida es dura a bordo del 'Calypso' y mucho más cuando el personal empieza a preguntar "qué hay de lo mío", como bien saben las dos fuerzas mayoritarias.

El resto de fuerzas llamadas progresistas han corrido a llamar para hablar con el 'Círculo', aunque todavía no saben quién atiende al otro lado del teléfono.

En Galicia tocó reflexionar sobre la renuncia de Ángel Currás a la alcaldía de Santiago y sobre el futuro de Agustín Hernández, un conselleiro al rescate. Ayer confesó que 24 horas antes no sabía nada, pero cuando el presidente Feijóo pide un sacrificio no se puede dar un no por respuesta. En el PP acostumbran a ser más disciplinados con los intereses de la empresa, salvo contadas excepciones.

La oposición califica la situación del Concello de la capital de Galicia de "esperpéntica" y aunque no le falta razón, ya que está de "caspa caída", como diría José María Caneda, hoy nos entretendremos con la abdicación del rey y ya arranca algo serio como el Mundial.

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