Opinión

Distintas visiones de la misma corrupción

Hasta un parlamentario astuto como Pedro Puy a veces se queda sin argumentos para defender ciertas conductas o posiciones políticas del partido. Resulta complicado cuando hay que elegir entre la obediencia o quedar en ridículo. La semana pasada Miguel Tellado, secretario general del PP gallego, le recriminó públicamente que hubiese considerado un "desfilfarro" el juicio contra José Manuel Sande, concelleiro de Culturas de A Coruña, por haber consentido un cartel del Entroido en el que aparecía la representación de un papa pimplado. La denuncia realizada por la Asociación de Viudas de Lugo parece una broma carnavalesca, pero para Tellado "es evidente que el cartel ofende a la gente que tiene creencias religiosas" y los políticos "no estamos para juzgar las actuaciones de los jueces". 

Un día antes, el presidente Feijóo había intentado agradar a las preocupadas viudas lucenses por el diseño de la cartelería del Entroido coruñés sin desacreditar a su líder parlamentario. Uno de los portavoces "más sensatos" de todo el Estado había tenido un mal día al opinar de "un cartel impropio que insulta a miles de personas gratuitamente". Pero Miguel Tellado no acostumbra a manifestarse con sutileza. En la comparecencia de cada lunes ante los medios de comunicación, a Pedro Puy le preguntaron ayer por la petición de Luís Villares, portavoz de En Marea, para que "se miren con lupa y se revisen" todas las concesiones que en los últimos años se han realizado a empresas relacionadas con la supuesta financiación ilegal al PP". Villares apuntaba a Villar Mir, investigado en el marco de la 'operación Lezo' y a la posición de la Xunta sobre la autorización de la venta de las centrales de Ferroatlántica en el Xallas, y a Indra, empresa que le ganó a Airbus y Boeing el concurso para el desarrollo de drones en Rozas. Un brete. Mientras la conselleira Beatriz Mato admitía que le "repugna" que alguien utilice a su partido o al Gobierno para un supuesto enriquecimiento ilícito, Puy esta vez fue disciplinado. Mostró su tranquilidad porque "en Galicia no hay ninguna deriva judicial" y mencionó que "encuestas y algún comentarista" ya han constatado que en España hay menos corrupción de la que se percibe, aunque Villares no quiera verlo. Todos ciegos.

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