Con los miles de niños asesinados en Gaza por el ejército de Israel en la invasión de la Franja para castigar sin medida el injustificable atentado terrorista de Hamás en octubre o los miles de chavales que mueren de hambre a diario en el mundo, dedicar el folio a los canallas que por estos pagos abandonan mascotas, también sin culpa, puede ser tomado como un rapto de buenrollismo animalista. Pero el que tiene agallas para escaquearse de sus responsabilidades arrojando a un perro a su suerte tampoco anda sobrado de conciencia ni le pesan los remordimientos, sólo habría que situarlo en el contexto apropiado para que las conductas más abyectas del ser humano se den un garbeo.
En la provincia de Ourense, con más de 90.000 perros registrados, se abandonan tres al día, más de mil cada año, según contaba Daniel Canal en un reportaje en La Región publicado el lunes. La Red de Recogida de Animales Abandonados de la Diputación se las desea para rescatar y administrar los cuidados veterinarios hasta que las protectoras les encuentran otro hogar. El dato escalofría, pero Ourense no es un caso de especial singularidad. En muchas situaciones obedece al fallecimiento de un mayor o al ingreso en la residencia, situaciones que hay que acreditar para evitar la sanción.
En Galicia se abandonan unos 27.000 animales al año, mayoritariamente perros, según el estudio de 2021 realizado por la asociación animalista Libera para concienciar a la población tras el aumento de la demanda de mascotas por capricho durante la pandemia sin evaluar las responsabilidades y los gastos que conllevan. En doce meses en España se recogen de las calles más de 288.000 animales, el 60% perros, según un estudio de la Fundación Affinity. Lideramos el abandono de mascotas en Europa, a un ritmo de 800 al día, 33 cada hora, uno cada dos minutos. El principal motivo de unos datos vergonzosos son las camadas inesperadas y no deseadas. Una perrería por la indefensión, aunque peor era tirarlos al río como se hacía antes. El informe de la Fundación Affinity apunta que de los 288.000 perros y gatos abandonados, 140.000 fueron acogidos en adopción y el 90% tuvo un resultado positivo. Un mordisco de esperanza.
