Opinión

El enfoque

Después de ojear un rato la tesis doctoral de Pedro Sánchez al no poder resistir la curiosidad –a este ritmo se va a convertir en el trabajo académico más visto, aunque otro asunto es la pegada científica–, la mano abrió de manera inconsciente el libro 'Los Ángeles del Infierno. Una extraña y terrible saga'. En la página 37 de la edición de Anagrama de 1998, el irrepetible Hunter S. Thompson recurre a una cita de A. J. Liebling –otro maestro de la letra que se anticipó desde 1935 a 1963 en las páginas del semanario 'The New Yorker' al nuevo periodismo de Tom Wolfe, Truman Capote, Norman Mailer o Gay Talese– para desmitificar las fechorías y el número de miembros de la banda de moteros que en 1964 aterraba al personal californiano por rumores y declaraciones políticas exageradas: "Un buen periodista, si elige el enfoque adecuado, puede entender a un gato o a un árabe. El problema es la elección, y si elige mal acabará arañado o desconcertado". 

Menos mal que la atinada reflexión de A. J. Liebling, con una mano descomunal tanto para escribir de boxeo como para cubrir el desembarco en las playas de Normandía o poner comas al oficio, se cruzó por azar poco antes de sentarse al teclado para rellenar el folio de cada día. El repaso a los teletipos había dejado una sensación de asombro por la cantidad de incongruencias que se pueden registrar durante una jornada laboral. Declaraciones que resultan ocurrentes en un titular, pero que no tienen más recorrido a no ser que se pretenda que gobierne el entrenador portugués José Mouriño. 

El nerviosismo aumenta por la proximidad de las elecciones municipales, los partidos apuran la presentación de sus candidatos y todos, o casi todos, buscan una frase llamativa para mojar en los medios como hace Abel Caballero hasta el punto de confundirse con su personaje. El alcalde de Vigo lleva la fama, pero son muchos los candidatos y responsables de formaciones políticas que opositan para superarlo.  Y en el preciso instante en el que el chófer de anécdotas se disponía a cargar la tecla, Hunter S. Thompson hizo recordar al orondo Liebling y éste la importancia del enfoque. Los políticos deberían saber que no sólo los periodistas pueden acabar arañados y desconcertados.

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