No es una canción de Sabina ni la sucursal del Central Hispano Americano, pero un hombre la emprendió el 26 de agosto a pedradas en Vigo contra una oficina de Naturgy por el calambrazo al recibir la factura de la luz. Confesó a los municipales que lo identificaron que se había presentado el día antes con la misma intención, pero no se atrevió hasta que los plomos de la cordura saltaron por la acumulación de mosqueo.
El hombre de 54 años y natural de Lleida no escondió la mano. Verbalizó ante los agentes las razones de un comportamiento que en algún momento de este verano ha rondado el pensamiento de cada consumidor. No se trata de liarse a pedradas, aunque canalladas como el vaciado de pantanos aprovechando el encarecimiento del megavatio para llenar más la caja de las eléctricas merezcan un castigo mayor que la investigación que anunció la ministra Teresa Ribera. En comparación, la cuenta por la cristalera será superior a la sanción que acabaremos pagando todos por un sistema perverso. Secar presas en época de incendios es de desalmados. Los helicópteros tendrían que recargar en la piscina de Sánchez Galán, mandamás de Iberdrola, hasta recuperar el volumen de agua desalojado.
El alcalde del municipio madrileño de Batres, Víctor Manuel López, anunció ayer que su consistorio deja de pagar la luz por el abuso de las eléctricas y la inacción del Gobierno. Anima al los alcaldes de España a que se sumen a la medida para revertir la situación porque a los ciudadanos les cortarían el suministro sin miramientos. A un servicio público sólo puede hacerlo una sentencia judicial. La propuesta quedará en anécdota o pataleta porque sus colegas regidores están atrapados en las puertas giratorias y en el enchufe del partido. Él pertenece a una formación independiente (Agrupación de Batres) y las empresas políticas prefieren seguir cantando por Sabina “y la vida siguió como siguen las cosas que no tienen mucho sentido” mientras el coste de la luz continúa batiendo plusmarcas. El precio medio de la electricidad en el mercado mayorista se sitúo ayer en 132,47 euros megavatio hora, como en Portugal; en Alemania a 111,86, en Francia a 104,34 y en Reino Unido a 143,8. Esta factura le puede salir muy cara a Pedro Sánchez.
