Opinión

Un galego ante el juez del lío

A las 19,22 horas de ayer, a tres días de que el presidente Sánchez despeje la incertidumbre sobre su futuro tras la reflexión de cinquillo, en este folio se había tomado la firme decisión de no escarbar más en el tema hasta conocer el desenlace por haberse dicho ya de todo por todos en pocas horas. Hasta el alcalde de Ourense desafinó con una de sus panderetadas en las redes. La pausa presidencial quedaba con el bloque de la investidura más cohesionado y la derecha y la ultraderecha afilando el colmillo para morder sin compasión en la duda existencial del adversario. En unas horas arrancaba la campaña catalana.

Estaba decidido pero la llamada de un colega abogado hizo cambiar de opinión. “Hay noventa y tantos juzgados de instrucción en Madrid y para una vez que tuve que ir me tocó el mismo juez que ha admitido la denuncia de Manos Limpias con recortes de periódico contra Begoña Gómez, la mujer de Sánchez. Igual te vale para tu pedal”. Continúe con la exposición, letrado.

“Hace un par de años le metí una querella a unos testigos por mentir en Vilalba, la jueza se inhibió y la mandó a Madrid. Supongo que el tío estaba mosca porque el escrito de la jueza le llegó en gallego. Me atacó desde el primer minuto reprochándome que no lo tenía preparado. ‘Haga bien la pregunta’, me soltó”. El abogado evitó el enfrentamiento con el juez. “Le contesté que tenía que perdonar porque quizá no estaba al nivel de su señoría. Estuve a punto de soltarle que era la primera vez que estaba en Madrid y ni sé coger el metro, que es la manera del gallego de reírse de un estupendo, pero el tío me cazó la  retranca. Si llego a decírselo me saca de la sala esposado porque me largó gritando ‘¡Váyase de aquí!”. Sánchez desvela el lunes si se queda o se va. 

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