Opinión

Ladrones capicúa

También está la detención de dos hombres, de 72 y 27 años, por robar en una vivienda de Betanzos", comenta Javier al otro lado de la línea telefónica durante el repaso a la actualidad para rellenar el folio de cada día. El suceso tiene coña por la edad capicúa de los ladrones, excepto para el propietario del inmueble al que intentaron birlar maquinaria, material deportivo y varios lápices de memoria con información empresarial de gran valor, según detalla la Guardia Civil, que no descarta nuevas detenciones relacionadas tanto con estos hechos como con otros robos sucedidos en la zona.

No se explica qué hace un viejo asaltando la vivienda de un vecino, a no ser que estuviese enseñando al otro ratero, natural de Sada, los entresijos de un oficio tan antiguo como la humanidad, aunque incumpliendo esa norma no escrita de actuar siempre lejos del lugar en el que resides.

A pesar de que la información de sucesos se ha resistido a tropezar con este chófer de anécdotas, hay que reconocer que se trata de un género tan apasionante como la crónica política o incluso más. Hace 15 días, el personal comenzó a emitir señales de aburrimiento durante la sobremesa de una larga comida al constatar que no se callaba uno de esos charlatanes que nos encontramos a menudo en una televisión pontificando de lo que haga falta sin tener pajolera idea de nada. En el momento en el que interrumpió su prédica sobre Cataluña para refrescar el gañote, un sacerdote que había sido invitado al encuentro aprovechó para contar que un vecino de la Costa da Morte había robado un coche fúnebre con muerto dentro. El interés regresó a la mesa de inmediato. 

Resulta que los conductores de las funerarias tienen la costumbre de dejar las llaves puestas en el contacto para ahorrar tiempo porque se trata de un vehículo nada goloso para los ladrones, pero un tirado reconocido en la zona no se dio cuenta de que estaba ocupado por un cadáver y se montó en A Coruña con la intención de abandonarlo a unos kilómetros de su casa. No consiguió salir de la ciudad porque un coche adornado con coronas no pasa precisamente desapercibido. Todos nos reímos con ganas. La anécdota del ladrón de 72 años casi está a la altura. Casi. 

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