Opinión

Matadero

A alguien que hace público por error su plan secreto para zancadillear al jefe y ocupar la silla no se le augura demasiado futuro en una actividad tan fullera como la política, pero la ambición camina a tientas aunque sea ciega. La carrera por la secretaría general de Podemos Galicia promete acabar en una carnicería dialéctica entre Carolina Bescansa, Antón Gómez-Reino y sus partidarios y detractores. La primera se postula con el apoyo de la dirección gallega saliente, el segundo con el aval de la dirección nacional y la mano de Pablo Iglesias. 

Los minutos de telediario y tertulia están garantizados. Galicia suena a pretexto, la consolidación de En Marea vuelve a estar en el aire, una vez más, y los partidos de obediencia estatal celebran el rebumbio. Es tan legítimo como sorprendente que alguien que aspiraba a estar en la Asamblea de Madrid como número dos de Íñigo Errejón intente a los pocos meses liderar en su tierra natal la formación que ayudó a fundar. Las reservas de los "pablistas" sobre el movimiento de Bescansa son lógicas. Decidirá la militancia. 

El folio de cada día iba a estar destinado a otro tipo de mataderos, pero el paso de uno de 'los cinco de la Complutense' ha resultado informativamente invasivo por el tono de la reacción y la posterior respuesta, y eso que van por el primer capítulo. 

Hace unos días, un tráiler portugués cargado de marranos y luces de neón se detuvo a repostar de madrugada en una gasolinera de Ponferrada. "No puedo mirarles porque es un animal muy listo y sabe su destino", comentó el gasolinero con lástima. Anteayer dos accidentes en el municipio lucense de Taboada y en el ourensano de Piñor provocaron la muerte de decenas de cerdos antes de que llegasen al matadero. Ayer, las asociaciones animalistas Libera y Fundación Franz Weber hicieron un llamamiento sobre la necesidad de abrir "un debate serio sobre el trato, la atención y las intervenciones en el caso de accidentes de vehículos de transporte de animales vivos" para elaborar un protocolo. La petición, cargada de buena intención, causó tanta perplejidad como la decisión de Carolina Bescansa, aunque los cerdos de Ponferrada pensarían que a veces es mejor diñarla antes de llegar al matadero. 

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