Los periodistas que siguen a la selección evitan comprometer su palabra con el once que presentará Luis Enrique contra Polonia. “Morata y diez más”, chinchó el seleccionador. Pues vale, sentó en el grupo de la pachanga de los jueves formado por 30 futboleros impenitentes. Las coñas siguen apuntando a la ácida despedida de Sergio Ramos del Real Madrid. Contó Tito González en Cuatro desde Camas que “de pequeño siempre jugaba en la calle con la camiseta de Bebeto”. La percepción de un futbolista puede cambiar por un detalle. Aquí un ‘Ramista’ tras años de indiferencia.
El cineasta vigués que no quiere salir en los créditos empieza a sentirse cómodo con el pase: “Tengo una buena para ti. Contaron en ‘Tiempo de Juego’ que los futbolistas y el cuerpo técnico participan en una porra de la Eurocopa. Son 44 y el seleccionador, que debería ser el que sabe, va en el puesto 33, y Aitor Unzue, el tercer entrenador, el último. Habría que poner de seleccionador al jefe de prensa, que va de primero, pero Lucho no valdría para ocupar su puesto”. Retranca bien tirada. El equilibrio es complicado cuando se depende de una herramienta redonda, sobre todo si te encomiendas a un Morata más pendiente de justificarse que de afinar la puntería.
Enseñan que al fútbol se juega como se entrena. España lo ha hecho para no hacerse daño, de manera individual o colectiva. Ayer regresó Busquets a la concentración entre aplausos. Dijo Luis Enrique que no lo descarta para jugar. “No le va a afectar el parón, pero es un poco cachondeo que el argumento para no llevar a Ramos no se aplique a Busi, Adama, que también llegó lesionado, o a Laporte y Eric García, que non han jugado un carallo en sus equipos. Eric García jugó seis partidos esta temporada en el City, lo mismo que la anterior. ¡Cómo no nos vamos a acordar de Aspas!”. Sería otra película.
En el otro partido del grupo, Eslovaquia cuestionó los pronósticos contra Suecia. Polonia, con Lewandowski en punta pero sin el Bayern sirviéndole balones, necesita al menos un empate para no irse a la porra en La Cartuja contra la indescifrable España de Morata y diez más.
