Opinión

Sin premio por un número

Como los familiares muertos de este chófer de anécdotas no tuvieron el detalle de soplar en un sueño el número que iba a caer en la lotería de Navidad, el segundo premio fue esquivo sólo por un puñetero dígito en el décimo que cada año reserva la Asociación de la Prensa de A Coruña. Cuenta Paula Palomares en su crónica en La Región, que a la adivina dominicana residente en Xinzo de Limia, Elsa Altagracia, los difuntos no sólo le chivaron el número 51.244 para que adquiriese dos participaciones, sino que anteanoche mismo le recomendaron que estrenase un ajustado vestido rojo y unos zapatos de tacón. 

Y la prensa coruñesa comprando durante décadas el 51.204 para al final quedarse con cara de penalti al palo en el último minuto cuando los niños de San Idelfonso cantaron el segundo premio con una dotación de 125.000 euros al décimo. Mejor será continuar dedicándonos a contar el presente en vez de intentar predecir el futuro y dejar a los muertos en su paz. 

La lotería navideña ha salpicado de felicidad muchos rincones de Galicia y en el resto se celebra la salud y la vida, que tampoco es un consuelo menor. Una colega que las está pasando muy canutas porque a los 50 años regresar al mercado laboral es casi tan probable como que te caiga el gordo, se mostraba emocionada porque un amigo la llamó para preguntarle si quería un bono de Paradores Nacionales de dos noches que caduca el 31 de diciembre sin que nadie de su familia pueda utilizarlo. Redoble de dicha  porque ya ha encontrado dos habitaciones libres para invitar a su madre y a su hermana a pasar la Nochebuena en un establecimiento hotelero en el que soñaba alojarse y nunca se lo había podido permitir. Una pequeña fortuna. 

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