Opinión

El 'Tellado' del PP

Cuando Miguel Tellado llegó a su casa en Ferrol después de haber asistido a un acto de Mariano Rajoy con Novas Xeracións en Ourense también creía que José Manuel Rey Varela era el favorito para suceder a Alfonso Rueda como número dos del PP gallego. Durante la tarde de ese viernes, 7 de mayo de 2016, había supervisado con Núñez Feijóo en Expourense el montaje del congreso, pero el presidente sólo le comentó que era una locura la paliza hasta Ferrol teniendo que regresar a la mañana siguiente.

La única aspiración de Tellado era continuar como portavoz, aunque lo veía complicado porque Rey Varela también es ferrolano. Las opciones para conservar el micrófono aumentaban si el elegido era Agustín Hernández, el segundo en las apuestas. A las once de la noche puso el teléfono a cargar y cuando a las doce y media le volvió a prestar atención tenía una llamada perdida de Feijóo, tres de Mar Sánchez Sierra, secretaria xeral de Medios, y un mensaje de WhastApp que decía: "Cógele el teléfono al presidente". En ese momento, Tellado pensó que había metido en algo la pata, pues era el presidente del comité organizador del congreso y su nombre no aparecía en ninguna quiniela.

Y Feijóo, como acostumbra, no le pidió que afrontase el reto, simplemente le comunicó la decisión. El nombramiento también sorprendió a muchos dirigentes populares. Con el tiempo se ha demostrado que Feijóo acertó con un escudero sin complejos para defender lo que le manden. Dirigió la campaña de la segunda vuelta de Rajoy, las autonómicas en las que Feijóo consiguió su tercera mayoría absoluta y ya ha comenzado a preparar la dinamita para las próximas municipales. Ayer, dijo que Ferrol es un ciudad"paralizada"; que el alcalde de A Coruña, Xulio Ferreiro, "no es capaz de consensuar nada y se encuentra debilitado y aislado"; que el regidor compostelano, Martiño Noriega, "no es capaz de explicar su situación judicial a pesar de presentarse como el adalid de la transparencia"; que la alcaldesa de Lugo "no es ni una mala sombra de Orozco"; que Lores en Pontevedra "representa a un nacionalismo acabado" y que Caballero en Vigo "encarna el populismo elevado a la enésima potencia". En Ourense, sin presupuesto, va todo bien...  

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