Opinión

El club del Guindo

Por favor, no se conformen ni guarden silencio al ver caer del guindo a un personaje tan oscuro e hierático como José Manuel Soria. Ni cifren en este suceso la guinda última del pastel de cuantas maniobras en las tinieblas haya podido vivir el ministro de los papeles de Panamá, el ministro del impuesto al sol, el ministro de las subidas de tarifas de las eléctricas, el ministro del silencio ante el fraude contaminante de Volkswagen, el ministro sin memoria, el político capaz de pasar por las brasas de un montón de polémicos casos y problemas para seguir subiendo en el escalafón de los cargos bien remunerados.

No, Soria no se ha caído del árbol ni ha sido expulsado del Club del Guindo. Simplemente ha dejado al descubierto algunas de las maniobras compensatorias de otro ministro también hierático, oscuro y mentiroso, Luis de Guindos, al parecer gran maestre del club al que daría nombre, a juzgar por la distribución de personajes y familiares manejados en las altas esferas del funcionariado económico del país y del mundo.

Imaginemos que es cierta la existencia de ese club capaz de colocar a sobrinas en altos cargos de bancos y embajadas, a compañeros de carrera en poltronas extraordinariamente bien remuneradas y a peones para salvaguardar todo el entramado. Imaginemos que sus miembros tienen tanto poder como para condicionar la realidad económica del país en función de sus intereses particulares, de grupo de presión o de partido. Imaginemos que son un remedo de masonería conspiradora en cuyo seno se fraguan estrategias ajenas al bien común. Imaginémoslos y veremos que todos encajan con el perfil de gente siempre entre la luz de la falsedad y las sombras económicas. Como a ellos dos, imaginemos sentados a la misma mesa a Rodrigo Rato, a Gómez de la Serna, a Luís Bárcenas, a Jaume Matas, a Carlos Fabra, a Miguel Blesa…

Ni son simpáticos, ni mediáticos, ni ocurrentes, ni su eficacia está probada más allá del barniz de la propaganda. Son gente con las manos manchadas por el capital o como diría aquel arrepentido, de cuyo nombre no me acuerdo, “yonquis del dinero” o yonquis de los altos cargos. Un club capaz de generar miedo ante los ciudadanos vulgares, como usted y como yo, al escuchar y ver el estoicismo con que mienten. Al observar la inmunidad de la que presumen y el manejo del poder conspirativo.

Antes y después del caso Soria o del caso Trillo o del caso Wert o del caso Bankia… ¿estamos seguros en manos de este club? ¿Podemos dar por cierta la recuperación económica que anuncian? ¿Era verdad la crisis o somos simples víctimas de su selecto club? Cuando la mentira y la desfachatez se suben a la tribuna, todo es posible y la presunción de inocencia se diluye como el hielo en un vaso de ron.

Sí, el Club del Guindo produce pánico, aunque con el asunto del nombramiento de Soria los resortes les hayan fallado.

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