La obra de la A-52 en las cercanías del túnel de A Cañiza se encuentra a pleno ritmo justo en la época de mayor movimiento en la autovía, lo que afecta a la circulación. Como es conocido, un carril entero de hasta tres kilómetros de longitud ha estado cerrado durante al menos nueve meses, complicando el tráfico en una de las zonas donde más circulación hay al coincidir en verano con la subida desde Ponteareas hasta la entrada del paso subterráneo. Estas últimas semanas ya se cerró por completo el vial afectado y comenzaron los trabajos para que pueda volver a estar operativo mientras miles de conductores que se dirigen diariamente tanto a Ourense como a municipios más cercanos como Ponteareas, As Neves o A Cañiza sufren este verdadero ‘embudo’.
El tramo afectado se encuentran entre los puntos kilométricos 283 y 286, donde se descubrió un grave problema por entrada de agua que afectaba al firme. Finalmente en julio el Ministerio de Transportes comenzó los trabajos, tras identificar un tramo de hasta 16 kilómetros con “graves deficiencias”, aunque las obras se llevan a cabo solo en estos tres, al menos por ahora. El presupuesto aprobado para los trabajos de macrodrenaje en la A-52 fue, finalmente, de 3,8 millones de euros, frente a las previsiones iniciales del Gobierno, que no superaban los dos millones de euros.
Además, el inicio de la operación se fue retrasando durante meses, por lo que la autovía mantuvo un carril cerrado de forma permanente desde el pasado mes de noviembre. Los operarios tendrán que intervenir en varias capas del asfalto, por lo que los trabajos podrían complicarse, pues el firme está muy deteriorado por la acumulación de aguas pasadas. La acumulación de agua en esos 16 kilómetros identificados por el Ministerio de Transportes creó varios ‘puntos negros’ en la vía.
