Sucesos

Otra jornada de accidentes en la peligrosa autovía A-55

Dos de los vehículos empotrados en la A-55, este martes. // Alberte
photo_camera Dos de los vehículos empotrados en la A-55, este martes. // Alberte
Sucesión de colisiones en el descenso desde el Alto de Puxeiros pese a la inexistencia de lluvia

La autovía Vigo-Porriño A-55 pasó ayer por otra de las jornadas que evidencian que su peligrosidad no decae y que urge contar con una alternativa. En un día normal, sin lluvia, con cielo despejado y buena visibilidad en todo el recorrido, hasta tres accidentes se acumularon, dos de ellos en una sucesión de colisiones por alcance en la bajada desde Puxeiros. Al parecer, un vehículo frenó bruscamente poco antes del portal de radares que exige bajar la velocidad a 60 por hora, lo que acabó provocando que otros vehículos tuvieran también que frenar, dejando media docena golpeados de consideración, aunque sin heridos graves. Poco después, se repitió la escena, algo más arriba, de nuevo con varios automóviles involucrados.

Las asistencias, Protección Civil, y la Guardia Civil de Tráfico acudieron al punto kilométrico ocho para tratar de organizar la circulación, aunque no evitaron que se formaran largas colas, con retenciones durante media hora. Por la tarde, el incidente se produjo a la entrada de Vigo, en la avenida de Madrid, cuando un camión perdió parte de la carga que llevaba, cajas de bebidas, bloqueando el princpal acceso a la ciudad. La A-55 recibe hasta 60.000 coches al día y registra más de un centenar de accidentes con víctimas y mucho más de “chapa y pintura” por sus pendientes y curvas. Es también el vial estatal con mayor número de radares: seis en diez kilómetros. La alternativa sería una autovía en túnel para 2030 por unos 300 millones.

Retenciones en la A-55, este martes. // Alberte
Retenciones en la A-55, este martes. // Alberte

 

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