Guillermo Ríos, el árbitro ourensano de la ACB

El ourensano Guillermo Ríos debutará la próxima temporada como árbitro en la ACB tras ocho temporadas en la LEB Oro

Con 16 años, el ourensano Guillermo Ríos se adentró en el mundo del arbitraje de baloncesto. Desde entonces no ha dejado de lado su silbato y lleva ya ocho años colegiado en la FEB y pitando partidos de ligas como la LEB Oro. A partir de septiembre va un paso más allá y empezará a arbitrar partidos de ACB

Estás a puntito de estrenarte en ACB 

En septiembre empezará la pretemporada y a finales la liga oficial y ahí tendré seguramente mi estreno. Desde que salió la noticia han sido unos días de muchísimas emociones, llamadas, muchísima gente ha mostrado interés y se ha alegrado mucho por la noticia. Es como una pretemporada normal, intentando mantenerme físicamente en buen nivel. Nosotros solemos tener un clínic a principio de temporada con pruebas físicas, teóricas y de reglamento. Entonces estoy preparándome, haciendo un repaso del reglamento y además también adaptándome a alguna normativa específica de la ACB, como lo del Instant Replay o el saque rápido en pista defensiva, que son unas normas que nosotros no utilizábamos en la FEB y intentando adaptarme a todas ellas.

¿Qué supone esto en tu carrera?  

Yo considero al árbitro un deportista y para cualquier deportista llegar a la élite del deporte que practica es un orgullo. Cuando empiezas es con lo que de forma idílica sueñas y que al final, después de muchos años, llegar ahí, es una emoción increíble.

Hablabas de las diferencias entre ligas, ¿cuáles son las principales?

Yo creo que lo que cambia mucho es la repercusión mediática. Al final en ACB juegan equipos de Euroliga, de competiciones europeas, los nombres más reconocidos por todo el mundo... Creo que sobre todo lo que cambia es eso, la repercusión. Son pabellones con muchos más espectadores. Ya la LEB Oro es una liga profesional, pero la ACB va un paso más allá. 

¿Cómo empezaste en el arbitraje? 

Mi historia es un poco peculiar. Empecé jugando al fútbol porque mi padre era entrenador y vengo de una familia muy futbolera. Pero mi padre es muy amante del deporte en general y veíamos mucho baloncesto. A mí me gustaba mucho. Cuando llegué a la edad de infantiles dejé el fútbol y me quise involucrar un poco más en baloncesto. Hice una pequeña pretemporada en el equipo de mi instituto y me gustó, pero luego no salió adelante. Fue una iniciativa propia de querer estar ligado al mundo del baloncesto. Me llamaba la atención cuando veía a los árbitros por la televisión y pedí información en el comité de Ourense para saber cómo funcionaba y me embarqué en el proyecto. 

¿Cómo es el proceso de ir ascendiendo a través de las diferentes categorías?

En el comité empiezas arbitrando niños. Luego ya vas arbitrando categorías más mayores. Y a partir de ahí la Federación Gallega tiene divisiones gestionadas íntegramente por ella. De arbitrar solo en Ourense pasas las ligas autonómicas. Hay dos grupos en Galicia. La primera es la división autonómica y luego había la división nacional, que da derecho a los equipos a ascender a competiciones de la Federación Española. Iba un poco a la par. Yo estuve dos años en competiciones de la Federación Gallega. Luego vas a los campeonatos de España, que suelen ser cadetes o juveniles y van las canteras más potentes, además de técnicos de la Federación Española que valoran a los árbitros para ver a quiénes pueden incorporar a sus grupos. De ahí pasas al grupo de la Liga EBA, donde estás como de prueba, por decirlo de alguna forma. Yo estuve un año. Hay técnicos que van siguiendo tu temporada, valorando tus partidos y deciden quiénes están capacitados para promocionar a la siguiente categoría. De ahí ya pasé a la siguiente categoría, que ahora está dividida, pero cuando yo ascendí podíamos arbitrar LEB Oro, LEB Plata y primera división femenina. Y ahí es donde he estado los últimos ocho años, hasta que ahora me ha surgido esta oportunidad. 

Tras ocho temporadas, ¿has visto evolucionar el baloncesto? 

Sí, sin duda. Es uno de los deportes más cambiantes en cuanto a reglamento. Siempre se busca fomentar más el espectáculo. Mucha gente criticaba que el baloncesto era muy parado, que los tiempos muertos le quitaban un poco de interés o el gran número de faltas. Es un deporte que constantemente se actualiza. Cada verano o cada dos, se suelen introducir normas bastante diferentes a las anteriores. Está en constante evolución.

Teniendo un padre entrenador de fútbol, ¿de qué manera te nutres de su experiencia?

Todos los deportes están correlacionados. Yo viví de niño las otras dos caras, la de jugador y la de entrenador, y decidí pasarme al otro bando, como a veces la gente lo considera. Mi padre siempre me ha hablado de sus experiencias sobre un terreno de juego, porque al final cambia la normativa, cambia el balón, pero las relaciones interpersonales entre árbitros, entrenadores y jugadores son parecidas en todos los deportes. 

Ahora será más aficionado... 

Mi padre, completamente. Sigue siendo muy aficionado al fútbol, pero desde que estoy en el mundo del baloncesto… Los primeros años le costaba ver mis partidos porque sufría, pero con el paso del tiempo se ha adaptado. Sabe que yo estoy haciendo una labor con la que disfruto mucho ahí y ahora él también disfruta. 

¿Pasa como en el fútbol, que muchas veces parece que el árbitro es siempre el malo de la película?

Nunca quiero entrar en comparaciones con otros deportes, pero en el baloncesto hay mucho respeto a la figura arbitral. Cualquier árbitro de cualquier deporte que está encargado de impartir justicia, de mediar, siempre va a tener momentos de confrontación en los que la gente no esté de acuerdo con lo que decide. El respeto en el baloncesto es muy amplio y en todos los años que llevo nunca he tenido ningún conflicto grande, nunca he temido a ser agredido, nunca he tenido momentos duros. Solo algún insulto o expresión que, sobre todo cuando eres más joven y estás formando tu personalidad, te afecta. Pero hay cosas que avanzar. Por desgracia parece que ahora otra vez está el tema de los “hooligans” en los padres. Aunque yo ahora ya no arbitro tantas categorías de niños, sí que escucho y veo los problemas de otros compañeros, que parece que estamos yendo hacia atrás. Aunque se ha hecho siempre muy bien en el baloncesto creo que no se puede olvidar ni dar pasos atrás en eso. 

¿Tienes árbitros de referencia aquí en Ourense?

Todos los árbitros de cuando empezaba y estaban en categorías más altas que yo siempre me han ayudado mucho. Pero incluso aunque ahora haya pasado a algunos árbitros en categoría, siempre me sirve para ayudarme. Los amigos que forjas en el mundo del arbitraje, da igual la categoría, entre todos nos intentamos ayudar, apoyar y cuando tienes alguna duda o algún momento malo siempre te apoyas en tus amigos y más si son de este mundo.

¿Algún partido que te hará especial ilusión arbitrar? 

Sea cual sea el debut, sea dónde sea y con los equipos y compañeros que sea, va a ser para mí una ilusión. Cualquier equipo de la ACB es un equipo de máxima división, la élite del deporte de una de las mejores ligas del mundo. Así que cualquiera que sea, me va a hacer ilusión. 

¿Pitarás alguna vez al COB en ACB? 

Si se da la situación de que regresase a ACB, sí, ¿por qué no? En LEB Oro ya les he arbitrado. En el baloncesto ya está superado el aspecto de que no puedas arbitrar equipos de tu comunidad y ya lleva muchos años sin traer problemas, porque al final nosotros hacemos nuestra labor, lo que queremos es acertar porque será lo que nos traiga beneficios. 

¿Cuál es el mejor valor que te aporta ser árbitro? 

Ha tenido muchas facetas. Creo que me ha ayudado mucho a desarrollar mi personalidad. Al empezar muy joven te obliga a madurar muy pronto. Incluso para el mundo laboral, ya vienes un poco preparado. Pero creo que lo que más nos engancha a todos es el núcleo de amistades que haces, primero en tu ciudad, luego a nivel de Galicia y luego ya en la Federación Española, al final acabas teniendo amigos repartidos por toda España, con los que además, si tienes la suerte de viajar, compartes experiencias. Creo que ese ese núcleo de apoyo que existe entre los árbitros y de amistad es lo que más engancha.

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