Benito Villamarín Prieto

Ourense no tempo

Don Benito Villamarín.
Don Benito Villamarín.

Entre la gente joven, a pocos les sonará este nombre, y entre los de mi generación, la gran mayoría, al preguntarnos por él, diríamos que “así se llama el estadio del Betis”.

Algunos de entre los mayores, nos hablarán de un vecino de Puga, allá en Toén, que en el año 38, siguiendo los pasos de otro de sus hermanos, hizo una escala que se suponía de un par de semanas en Sevilla, antes de saltar “el charco”, camino de Argentina. Y al que una sevillana paró los pies e hizo echar raíces en aquella tierra.

Comenzó trabajando en el sector de la aceituna gracias a su tío Andrés, que ya dirigía una empresa exportadora en Lora del Río. Su espíritu emprendedor y capacidad de trabajo le llevaron a fundar su propia empresa y, con el tiempo, se convirtió en un gran empresario, y un gran aficionado al fútbol. Comentan que un día, paseando por Heliópolis, dijo: "Quiero ser presidente del Betis”, y el año 1955 por fin se decidió a serlo. Muchos de sus amigos y varias altas personalidades de la época que lo conocían y sabían cómo era su manera de actuar se lo pidieron, sabiendo que para el Betis sería una magnifica opción.

orense_1959_contra_el_betis_resultado
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Equipo del Orense que se enfrento al Betis, siendo entrenador Urquizu. Esa temporada, 58-59, el equipo ascendería a 2ª División.

Los años anteriores habían sido de sufrimiento para los aficionados (siete años en Tercera), pero habían servido para forjar el mito de una afición capaz de confiar en su equipo a pesar de las adversidades. En esos años se acuñó la frase "¡Viva er Beti manque pierda!", y con ella, en el 54, se consiguió el ansiado ascenso a Segunda.

La unión de una afición entregada y un ourensano emprendedor y laborioso llevaron al equipo a su puesto natural, la Primera División, en la temporada 57-58. Fueron años en los que hubo de todo. Con don Benito llegó al club el gran Luis del Sol, dando grandes tardes al club, pero poco después las necesidades económicas aconsejaron su traspaso al Real Madrid. Pero lo que queda en el recuerdo son las alegrías y la principal fue que se consiguió la propiedad del estadio para la afición bética. Se acababa el año 60 cuando la familia verdiblanca decide en agradecimiento al trabajo de don Benito ponerle su nombre al estadio.

inauguracion_del_benito_villamarin_resultado
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Jamás renegó Villamarín de su Ourense natal y cuentan que mientras vivieron sus padres visitaba la ciudad todos los años. Probablemente esa fue la causa de que en el año 1959 se celebrara un partido amistoso aprovechando el desplazamiento del equipo bético a Vigo para enfrentarse en partido de liga al Celta. Don Benito, conociendo las penurias económicas del club ourensano, no dudó en colaborar para sanear las cuentas. Y así, el martes 17 de febrero de 1959, el estadio del Couto registró una de las mejores taquillas de la historia; ese día los socios no protestaron por tener que hacer una aportación económica, y los no socios tuvieron que rascarse el bolsillo para poder ver en el Couto a una figura de la talla de Luis del Sol.Por el Betis jugaron Domínguez, Portu, Ríos, Oliet; Isidro, Santos; Castaño, Lasa, Vila, Moreira y Del Sol. Y por el Orense: Gato, Rebeca, San Martín, Orbán, José Luis, Pastor, Urquizu, Ferradas, Melia, Rivera y Malet. Al ser amistoso, se permitieron cambios y el entrenador ourensano quiso dar visibilidad a varios jugadores: Senén y Milucho salieron en defensa y Caneda, Gonzalo y Regueira en la delantera.

El partido terminó con un empate a uno, siendo el Ourense quien primero marcó, por medio de Urquizu (hijo del entrenador vasco que dirigía el club en ese momento con excelentes resultados), en el minuto 22; en el 29 empataría Castaño, dejando así el marcador. 1-1. Según las crónicas, el partido no fue demasiado vistoso, pero el poder ver a esas figuras en Ourense siempre resultaba interesante.

La inexplicable costumbre que algunos tienen de retirar honores a quien los merece condujo a que en una desafortunada decisión se decidiera sustituir el nombre del estadio en el año 2000, pero gracias a la memoria de los aficionados béticos y el agradecimiento hacia quien tanto prestigio dio al club, consiguieron que en 2010 se repusiera el nombre original.

Para escribir este articulo conté con la impagable colaboración del amigo Pepe Dacoba, D.E.P

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