Una celebración entre vecinos
ARENTEIRO - OURENSE CF
Espiñedo acogió el segundo derbi de la temporada, con un ambiente de gala y un aroma a partido especial antes, durante y después del encuentro
Muchas cosas cambiaron desde aquel 20 de octubre, fecha del derbi de la primera vuelta disputado en O Couto. Caras nuevas, añoradas ausencias y hasta situaciones en la clasificación my distintas. Pero hay algo que se mantuvo: el ambiente. El campo de Espiñedo fue el escenario de una fiesta del fútbol ourensano. Una celebración entre vecinos, cada uno apretando para su lado, sí, pero sabiendo que el rival durante 90 minutos será un amigo al llegar el nuevo día.
Ya antes del pitido inicial, se palpaba en el ambiente que no era un domingo cualquiera, recordando a aquella película protagonizada por Al Pacino. Esa tensión contenida de un duelo que vale más de tres puntos, que vale vacilar al compañero de trabajo o al paisano del bar durante toda una semana. Risas, cánticos, fotos para el recuerdo… Lo que es un derbi, lo que debe ser un derbi. Los que el octubre pasado fueron invitados ahora ejercieron de anfitriones y viceversa. Todo para colaborar a un espectáculo del que el aficionado neutro disfruta.
El empate dictó sentencia, pero para eso está la crónica pura y dura. Los y las asistentes, en su localidad con derecho a butaca o barandilla, dieron el máximo en un Domingo de Ramos distinto. Otro fervor.
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