Los siete radares fijos se encienden el martes

El Concello de Ourense activará el 16 de septiembre los nuevos radares de velocidad y las cámaras de control de acceso al centro histórico, tras haber pasado casi un año de su instalación. Pese a que se anunció en un primer momento que estos empezarían a multar en el pasado mes de mayo, no será una realidad hasta el próximo martes, misma fecha en la que se cambiará el mapa del transporte público.

Estos dispositivos comenzarían a funcionar coincidiendo con la Semana da Mobilidade, tal y como anunció el alcalde, Gonzalo Jácome. Lo harán más de un año después de su instalación, y después de haber pospuesto varias veces su arranque por problemas primero en su correcta señalización, y a continuación por la ausencia de un software que permitiese su manejo. El gobierno municipal tampoco ha confirmado si las sanciones a los infractores serán inmediatas o habrá un “periodo de gracia”, como fue el caso de los colocados en el alto do Rodicio.

En todas las salidas

En total, Ourense contará con siete cinemómetros repartidos por distintos puntos estratégicos: calle Otero Pedrayo, Eulogio Gómez Franqueira, avenida de Marín, Seixalbo, Pena Trevinca y Nuestra Señora de la Saínza. A ellos se suma un radar móvil con trípode que se desplazará por distintos puntos de la ciudad para reforzar los controles.

Su colocación ya levantó polémica en su día, al no coincidir primero las velocidades de las calles con los límites previstos para que el radar “salte”; y después por la propia ubicación de algunos dispositivos, como el que se instaló en la rúa Seixalbo, a la altura de los concesionarios. Su posición tras la copa de un árbol, con nula visibilidad para los conductores, levantó quejas en su momento.

El proyecto supuso una inversión total de 249.500 euros: cada radar fijo costó 32.950 euros y el dispositivo móvil, 18.850 euros. Esta apuesta se enmarca en un plan global para ordenar el tráfico y reforzar la seguridad en el centro histórico y las principales vías de acceso a la ciudad.