Diez puntos de la provincia de Ourense, en el foco de la búsqueda de litio, coltan y tantalio

A comienzos del mes de febrero, la Xunta de Galicia puso en marcha una serie de concursos para otorgar derechos de prospección minera en las cuatro provincias. En lo tocante a Ourense, diez puntos de explotación cuyos derechos llevaban caducados más de una década se pusieron a disposición de quien pudiera estar interesado en buscar en estas zonas los denominados minerales estratégicos: coltán, tantalio y litio, materiales básicos para la industria informática y la transición energética.

Según la Consellería de Industria “estamos a falar de dereitos mineiros que xa foron investigados ou explotados, e como consecuencia do concurso poderá optarse unicamente á obtención dun permiso de investigación para, como o seu nome indica, investigar a existencia de recursos minerais”. 

Los sondeos podrán realizarse en superficies que van, en el caso de Ourense, desde una cuadrícula minera (28 hectáreas) hasta las 13 (364). Y por su localización y naturaleza, la noticia de este concurso ha sido recibida con cierto temor entre los regidores del contorno ourensano, donde estarían cuatro de las diez explotaciones. 

El Camino de Santiago

“Non temos moitas referencias do lugar onde se vai prospectar”, explica Manuel Rodríguez, alcalde de Coles, donde la antigua concesión de Val ocupa 224 hectáreas limítrofes con Amoeiro. “É unha zona bastante poboada, e por alí pasa o camiño de Santiago, polo que son terreos que teñen unha protección especial”, indica el regidor, que circunscribe la explotación a las parroquias “de Cambeo e Gustei, onde aparte da poboación, está a normativa de protección do Camiño”, por lo que “de entrada, temos un rexeitamento total. Temos unha diseminación tan grande de construccións, que a instalación dunha mina xeraría un impacto directo no municipio”.

Al otro lado del término municipal, el Concello de Amoeiro estudia los límites de tres zonas de prospección situadas en su contorno, dos compartidas con Coles, Vilamarín y Cea, y una más integrada en el municipio. José Luis González, alcalde de la localidad comenta que “las explotaciones siempre que no causen impacto no darán problemas. Será la Consellería de Medio Ambiente quien tenga que decidir si algún proyecto cumple con la normativa, si es así, el Concello no pondrá obstáculos”.

Para González “lo vería con buenos ojos (la realización de prospecciones en los yacimientos), porque supongo que sería trabajo; y explotar litio, tantalio y coltán, unos minerales muy buscados y valiosos, que aguantan temperaturas muy altas. Yo lo vería aceptable”, aunque matiza que primero debe saberse” si hay ese tipo de material, cosa que me extrañaría mucho”, a lo que añade que los procedimientos deben cumplir con todos los requisitos ambientales.

Toén combina la apertura del concurso con una propuesta privada

En el caso de Toén han coincidido dos procesos en el tiempo relacionados con la minería. En primer lugar, la convocacoria del concurso que incluye la antigua explotación de La Goleta, que abarca tres cuadrículas mineras (84 hectáreas), con la propuesta de un inversor privado para abrir una explotación en el pueblo. 

Ricardo González, alcalde de Toén, comenta que “La Goleta está situada en la localidad de Puga. No conozco en profundidad los tiempos, pero en su caso, fue la comunidad de montes de Puga, que es propietaria de los terrenos, quienes no estuvieron interesados en llegar a un acuerdo con la empresa interesada en la explotación”. Los derechos caducaron en su día, y vuelven ahora a salir a concurso una década después. 

Sobre el segundo proceso en marcha, González relata que “hemos tenido una propuesta para una explotación en el pueblo de Toén. Hay una empresa que se ha puesto en contacto con la junta directiva de la Comunidad de Montes para señalarles su interés”. Pese a ello “tampoco hay una propuesta firme, ni se ha abierto ningún expediente al respecto en el Concello, ni se han aportado planos o documentos”, continúa el regidor, quien asegura que “no estamos todavía en ese punto porque primero habría que llegar a un acuerdo entre la empresa y la comunidad de montes”; un acuerdo que debe decidirse en una asamblea, pero según indica Ricardo González, la postura inicial por parte de la directiva es de rechazo.