Cómo aprovechar al máximo el hall

ESPACIOS

Un recibidor bien planteado puede convertirse en un rincón útil y acogedor, incluso si su tamaño es reducido

Recibidor en una casa.
Recibidor en una casa.

La decoración es una de las disciplinas que más adeptos gana con el paso del tiempo. Y es que a quién no le va a gustar tener su casa en condiciones perfectas y que además se refleje en nuestro estilo e impronta personales en cada rincón de ella. Y uno de esos rincones es el recibidor, el hall.

Como ejemplo, una vivienda de sesenta y cinco metros cuadrados en la que se ha dispuesto en el hall una consola de entrada con una caja para las llaves, las gafas o un pequeño marco de fotos, logrando así un aprovechamiento sensacional del espacio a la vez que le da un toque de distincióno. Otra idea sería la de colocar un mueble restaurado, como un antiguo zapatero, en otra parte del recibidor, para que siga haciendo su función y a la vez le aporte un toque original.

Y es que el hall de la casa es uno de esos espacios que aunque a menudo se pasa por alto tiene un papel esencial dentro del hogar. Un recibidor bien planteado puede convertirse en un rincón útil, acogedor y lleno de estilo, incluso si su tamaño es reducido.

Colores e iluminación

Los colores claros y una iluminación cálida juegan a favor, al igual que pintar las paredes en tonos neutros o pastel, ya que esto ayuda a generar una atmósfera más abierta. Utilizar espejos también es otra opción que suele recomendarse para ampliar la sensación del espacio. Y es que en decoración, los metros cuadrados no lo son todo, lo que cuenta es cómo se aprovecha cada rincón.

No menos importante son los muebles, Suelen ser piezas pequeñas, estrechas y pensadas para ser funcionales y dejar pequeños objetos, aunque en ocasiones hasta cuentan con espejos, que proporcionan amplitud y multiplican la luz existente, percheros y obras de arte incorporadas. E importante, no suelen suponer un gasto importante de presupuesto.

Gris perla claro, el color que agranda una estancia pequeña

Cuando se trata de aprovechar al máximo el espacio en casa, uno de los mayores retos es hacer que una habitación pequeña parezca amplia, luminosa y acogedora. Aunque muchas veces recurrimos a trucos decorativos, el verdadero cambio comienza por el color elegido para las paredes.

Tradicionalmente, los tonos claros como el blanco, el beige o el rosa pastel se han considerado la apuesta segura para generar sensación de amplitud. Sin embargo, los expertos revelan que hay uno que supera a todos los demás, el gris perla claro.

Aunque se postula como el color estrella para agrandar espacios, no es el único que puede ayudarnos. En general, los colores que reflejan la luz y que generan una sensación de continuidad en el ambiente son los más efectivos para hacer que un espacio se perciba como más grande. Entre ellos, gris perla claro, blanco roto o blanco cálido, tonos arena o topo claro, verde salvia o verde grisáceo o azul claro empolvado.

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