Un invierno sin olas de frío aumenta las plagas agrarias

AGRICULTURA

La primavera meteorológica arranca despidiendo una época invernal sin temperaturas extremas

Un tractor durante la recogida de trigo en la parroquia de Calvo, en Lugo.
Un tractor durante la recogida de trigo en la parroquia de Calvo, en Lugo. | Carlos Castro

España da inicio este 1 de marzo a la primavera meteorológica tras su segundo invierno consecutivo sin ninguna ola de frío. Si bien Aemet, Eltiempo.es y Meteored señalaron que esto no es algo inédito, sí que avisaron de que los últimos años tuvieron la tendencia de ser más cálidos, lo que “es una clara señal del cambio climático”.

Entre otras consecuencias, Aemet destacó que la ausencia de frío en invierno incrementa las plagas. El presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore), Juan Valero de Palma, añadió el peligro de que heladas tardías acaben con los frutos de los cultivos si estos florecen antes de tiempo por el calor en invierno y ha pedido “repensar” la política hidráulica ante la irregularidad de las lluvias. Por su lado, el responsable de cambio climático de Greenpeace, Pedro Zorrilla, responsabilizó a la industria de los combustibles fósiles y ha pedido que se les impongan impuestos.

El invierno meteorológico discurrió entre el 1 de diciembre y el 28 de febrero, división temporal similar a la de la primavera meteorológica (que va del 1 de marzo al 31 de mayo), el verano meteorológico (del 1 de junio al 31 de agosto) y el otoño meteorológico (del 1 de septiembre al 30 de noviembre).

Según explicó Eltiempo.es, estos periodos se basan en el ciclo de temperatura anual y el calendario, en lugar del viaje de la Tierra alrededor del Sol. Tienen más similitudes en cuanto a climatología, lo que permite a los meteorólogos analizar las tendencias climáticas de forma más ordenada y predecible.

Dos años seguidos sin olas de frío

El portavoz de la Aemet, Rubén del Campo, confirmó que “el invierno meteorológico ha acabado sin olas de frío”, siendo el segundo invierno consecutivo sin ninguna. Atribuyó esto a la “variabilidad natural del clima” y recordó que hubo secuencias similares en años anteriores. Destacó que “sólo uno de los últimos diez inviernos tuvo temperaturas inferiores a lo normal”, el de 2017-2018, y señaló que el actual será “cálido o muy cálido”, lo que “es una clara señal del cambio climático”.

Sobre las consecuencias de la falta de olas de frío, mencionó “algunas positivas”, como “un menor número de fallecimientos por bajas temperaturas y un descenso en el consumo de combustible”, y “negativas”, como “la no reducción de plagas debido a la falta de heladas”. Explicó también que “determinados cultivos necesitan acumular frío para una adecuada floración y maduración”.

Mar Gómez, de Eltiempo.es, recordó que para considerar una ola de frío, “al menos el 10% de las estaciones meteorológicas deben registrar temperaturas mínimas inferiores al percentil 5% durante tres días”. Añadió que, aunque hubo días fríos, no se registró ninguna ola de frío, y destacó que fueron menos frecuentes y de menor intensidad en la última década. Samuel Biener, de Meteored, coincidió en que “las olas de frío son cada vez menos intensas y más espaciadas”. Alertó de que la escasez de nieve podría afectar a los ríos y generar un problema de “escasez de agua”.

Los agricultores apuestan por otros cultivos adaptados al calor

Los agricultores apuestan por otros cultivos adaptados al calor. El presidente de Fenacore, Juan Valero de Palma, explicó que los cultivos necesitan “una serie de horas de frío al cabo del año” para “ralentizarse” y “coger fuerzas” para florecer con más vigor. Lamentó que este invierno se estén acumulando “muy pocas horas de frío”, lo que provoca un adelanto en la floración. Si luego llegan bajas temperaturas, “se congelan las flores y no hay frutos”. Añadió que los cultivos se están trasladando “de norte a sur y de sur a norte” debido a los cambios climáticos, incluso introduciendo cultivos tropicales, lo cual afecta tanto a la variedad de los cultivos como a la productividad.

Valero advirtió que, si el clima sigue esta tendencia, habría que “repensar” la política de infraestructuras hidráulicas y embalses, dado el aumento de la irregularidad en las lluvias, sequías e inundaciones, lo que requiere una nueva estrategia para garantizar la sostenibilidad de los recursos hídricos en el país.

Óscar Moret, agricultor aragonés, detalló que las explotaciones de la zona apuestan por cultivos del sur, debido a la subida de las temperaturas. Prevé que las zonas de Aragón con regadío tendrán dificultades y que será necesario descartar ciertos cultivos por su consumo de agua, lo que podría modificar los modelos productivos en la región. Expresó su preocupación por el mayor consumo de agua debido al adelanto de los brotes y denunció que los seguros agrarios ofrecen menos cobertura a mayor precio.

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