Tenemos varias opciones para considerar, dependiendo de la receta y el propósito de la maicena en la preparación. La harina de trigo o la fécula de patata podemos usarlas, pero debemos tener en cuenta que tienden a ser más densas que la maicena, con lo que necesitaríamos la mitad en proporción. Lo mismo pasaría con la harina de arroz o de tapioca, ambas opciones libres de gluten.
Recordad que cada sustituto puede tener un impacto en el sabor y la textura de la preparación final, con lo que hay que hacer ajustes para adaptarla.