La huelga general del 14-D contra el Gobierno socialista presidido por Felipe González comenzó a tener éxito cuando la primera cadena de TVE se fue a negro. La televisión pública flamenca belga no se ha ido a negro pero casi, cuando participaba en su semifinal de Eurovisión la representante israelí, Eden Golan, como acto de protesta “porque Israel está destrozando la libertad de prensa”. Una no imagen que vale más que mil lamentos vacíos de autoridades políticas. Se cuentan por decenas los periodistas palestinos muertos en los ataques del ejército israelí, a lo que se suma la imposibilidad de que los periodistas entren en la Franja de Gaza, o el cierre de las cadenas de televisión árabes que desafían al Estado hebreo. Una decisión que contrasta con la adoptada por la Unión Europea de Radiodifusión, que utilizó aplausos pregrabados para ocultar las protestas durante la interpretación de la cantante israelí, contagiados, quizá, por la censura de Israel.
