Opinión

"Día da marmota"

Quizás pasara inadvertido, pero a mí me llamó la atención. Me refiero al día siguiente del discurso de investidura de Rueda, al leer el titular de La Región haciendo mención a una de las frases dichas por el investido: “Rueda promete dalo todo, sen roturas nen xiros bruscos”. A lo que la líder del BNG responde al discurso: “Este é o discurso do día da marmota”. Escuchada y leída esa respuesta de la líder nacionalista, me viene al recuerdo algún significado, pero no bien atinado, del “Día de la Marmota”. Por lo que al buscar literatura al respecto, lo primero que encuentro es que el “Día de la Marmota” se trata de un método folclórico usado por los granjeros de Estados Unidos y Canadá para predecir el fin del invierno, basado en el comportamiento biológico de la marmota cuando sale de hibernar el 2 de febrero. Sabido esto… no le encuentro el parecido ni el nexo a la respuesta de la señora Pontón.

Pero me doy cuenta, se me iluminaron súbitamente las neuronas, al comprender al igual que lo saben la mayoría de los gallegos –fueron quienes otorgaron una legislatura más a los populares gallegos y la primera a Rueda-, que la señora Pontón se refería al “Día de la Marmota” como la sensación que tenemos de vivir una situación repetitiva, aburrida o sin sentido. Así también se entiende este “Día”, nada folclórico pero sí válido para la crítica política. Una expresión para llamar la atención la portavoz del BNG, a la vez que una enmienda a la totalidad al discurso de investidura del ya presidente de la Xunta; además –según expresó- de crear un gobierno alternativo, contragobierno o gobierno en la sombra. La cofradía del “non” apelando a la marmota, cuando los hechos que le precede significan la política de la marmota misma, pues hace la política de siempre: “O non!”

Cuando la mayoría de los medios analizan el discurso de investidura, como el que contiene “La mayor reforma en la estructura interna de la Xunta dese hace 15 años”, la nacionalista Pontón va a buscar el titular relumbrón en la figura de la marmota. Pero la mayoría de los gallegos sabe desde hace mucho tiempo que hay formas de hacer política. Una, la que se hace pensando en el interés general y para ello pone a funcionar la maquinaria del Gobierno recién creado, del que todos sus miembros son conocedores y conscientes de que existe un programa de 870 medidas. Y la otra forma de política es la que busca experimentos, con el único objetivo de diferenciarse y se le pueda llamar progresista, o cuando toca esperar a ponerse de acuerdo con los socios de gobierno, como ocurrió en el último bipartito que gobernó Galicia.

No se trata de política marmotera, cuando un político, con la responsabilidad que le asiste, primero aprueba los presupuestos y después convoca elecciones. Así lo hizo Rueda, de tal guisa que, si tan nefastos eran los presupuestos para los gallegos… pues qué buena ocasión para a continuación recibir el castigo en las urnas. Por los resultados malos no son los presupuestos. “A cofradía do non dixo non!” Otro convocó elecciones tan pronto sufrió la debacle electoral de las municipales y autonómicas y, tras celebrarlas y armar Gobierno, priorizó antes la ley de amnistía a los presupuestos. Progresismo interesado, de salón.

No es la política de la marmota cuando no hace falta, ni falta que hace para quien sabe lo que hacer, esperar los cien días de cortesía para evaluar al nuevo Gobierno. No es política de la marmota haber acordado ya, en el Consello de la Xunta, hacer efectiva la gratuidad de matrícula para todos los estudiantes de grado universitario. No, nada atestigua, que se vaya aplicar la política de la marmota tras conocer la notable reestructuración de la Xunta; no se entenderían distintas personas y estructura para la misma política. O una nueva convocatoria para mejorar la digitalización de pymes y autónomos, incremento de plazas nido, discapacidad y del mayor, etc. “Verba movent, exempla tahunt” o las palabras mueven, los ejemplos arrastran.

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