Opinión

Monolingües y plurilingües

La Eurocámara le acaba de dar un tirón de orejas a la Generalitat catalana por seguir insistiendo con la terquedad y la inconsciencia de un imbécil en incumplir la normativa que obliga a impartir al menos un 25% de las clases en la escuela y en la universidad en dicha autonomía en castellano.

A mí me resulta totalmente incomprensible que alguien ponga tanto empeño en evitar a toda costa que los chavales aprendan otro idioma, sea ese castellano, catalán, inglés o suajili. ¡Hombre, pero si solo es un 25%, no fastidies!

El asunto me recuerda a aquellas épocas, gracias a dios ya pasadas, en las que a un colectivo determinado, por ejemplo las mujeres, se les impedía acceder a la educación, estudios, la universidad o ciertos conocimientos que quedaban reservados solo para otro colectivo, los hombres.

Por eso únicamente puedo imaginar que el motivo que mueve eso es el de hacer que los demás sean más tontos que tú, aunque ignoro cuáles puedan ser los beneficios de dicha estrategia que parece diseñada por imanes musulmanes chiíes, suníes, o lo que toque.

El concepto de “inmersión lingüística” dicho así, a mí en principio no me parece mal. Yo aprendí a nadar a los once años en un campamento de la OJE porque me tiraron al mar de repente en una zona que me cubría, así que salí a flote por cojones, con perdón. Pero seguro que algún otro no tuvo tanta suerte y se ahogó.

Y digo que no me parece mal la inmersión lingüística porque efectivamente creo que hay que hacer todo lo posible por fomentar, conservar y estimular esas lenguas como el catalán, euskera, gallego, bable, etc., que es obvio que en nuestro país fueron maltratadas y menospreciadas durante años. 

Pero tampoco hay que liarla tanto, la política de los indepes radicales catalanes contra la enseñanaza del castellano en Cataluña es la de un desquiciado perro ratonero que, perdido el sentido y el control de sí mismo, se ensaña salvajemente con su presa. ¡Guau, pero si solo es un 25%, no fastidies!

La víctima fue durante el franquismo y esto es innegable, el catalán. Como lo fueron las otras lenguas que hablamos por aquí. Yo hasta diría que el euskera y el gallego aun fueron peor tratadas. 

Pero actualmente el catalán parece haberse convertido en el verdugo. Al menos para los padres que quieren que sus hijos se eduquen allí también en castellano aunque solo sea un poco. ¡Hombre, pero si solo es un 25%, no fastidies!

Los catalanes indepes radicales del monolingüismo son peores que Dios. Dios confundió y multiplicó las lenguas de los hombres para que no acabaran de construir la maldita Torre de Babel, tal como nos cuenta la Biblia. Fue un castigo sí, pero también un regalo enriquecedor que nos hizo a los hombres más sabios. 

Estos en cambio quieren reducir las lenguas solo a una. Y la verdad: yo no veo el regalo por ninguna parte.

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