El presidente de Faduas, Agustín González, advierte de la necesidad de abordar los casos teniendo en cuenta la peculiaridad del individuo.
Asociaciones, afectados y público en general participaron en la celebración del IV Encuentro formativo de Faduas que preside Agustín González.
¿Cuál es el objetivo de estas jornadas?
Tratamos de promover, tanto en las asociaciones como en los afectados, una transformación en cuanto a la línea de pensamiento y de actuación. Hay que buscar nuevas fórmulas de intervención pensando en las nuevas necesidades del colectivo.
¿Cuáles son los retos en el campo de la intervención?
Además de la participación en programas internacionales, tenemos que abordar todo lo que tiene que ver con la inmigración y los distintos enfoques culturales. Cada cultura es diferente y hay que tratarla como tal. Ocurre lo mismo con los casos de género, las mujeres cuentan con una serie de peculiaridades que requieren de un enfoque diferente y, a día de hoy, esto no se está produciendo.
¿Ha cambiado algo en la forma de mirar de la sociedad?
La conciencia social no ha cambiado. Aparentemente se puede hablar más abiertamente sobre el tema pero todavía tene mos que recomendar que traten de eludirlo porque si genera estigma. En el plano laboral, puede causar la no renovación de un contrato.
¿Qué hace falta?
Un esfuerzo de todos, desde los políticos hasta el ámbito educativo. Hay que trabajar en un modelo transversal pero, no sólo para esta enfermedad, sino para todos los problemas discriminatorios de nuestra sociedad.
¿Cuál es el objetivo de estas jornadas?
Tratamos de promover, tanto en las asociaciones como en los afectados, una transformación en cuanto a la línea de pensamiento y de actuación. Hay que buscar nuevas fórmulas de intervención pensando en las nuevas necesidades del colectivo.
¿Cuáles son los retos en el campo de la intervención?
Además de la participación en programas internacionales, tenemos que abordar todo lo que tiene que ver con la inmigración y los distintos enfoques culturales. Cada cultura es diferente y hay que tratarla como tal. Ocurre lo mismo con los casos de género, las mujeres cuentan con una serie de peculiaridades que requieren de un enfoque diferente y, a día de hoy, esto no se está produciendo.
¿Ha cambiado algo en la forma de mirar de la sociedad?
La conciencia social no ha cambiado. Aparentemente se puede hablar más abiertamente sobre el tema pero todavía tene mos que recomendar que traten de eludirlo porque si genera estigma. En el plano laboral, puede causar la no renovación de un contrato.
¿Qué hace falta?
Un esfuerzo de todos, desde los políticos hasta el ámbito educativo. Hay que trabajar en un modelo transversal pero, no sólo para esta enfermedad, sino para todos los problemas discriminatorios de nuestra sociedad.
