para ermitas

n n nErmitas Bermúdez Afreijo era la esposa de José Damota Diéguez, compañero del grupo 'Son do Sil', amigo entrañable, de excelente humor y constancia a prueba de bombas, un hombre que supo mantener la moral a pesar de la grave enfermedad de su mujer, que duró once años de dolor por el dolor de la compañera, de la impotencia que suponía cada día el no poder hacer nada por ella, pese a haberlo intentado todo. bueno, por ella habéis hecho todo lo que estaba en vuestras manos, no dejándola sola ni un solo momento.
Ermitas sólo tenía 55 años y era una mujer excepcional. Por boca de amigos y vecinos, una persona siempre dispuesta a ayudar, muchas veces sacando fuerzas de la flaqueza. Yo desconozco acerca de sus creencias. Pero ¡qué más da! ¿Es que las personas que miman, ayudan, se desviven por los demás, son menos buenas que las que practican alguna religión? Y como Emitas era de las que veían a Dios en sus semejantes, allá está, desde el pasado sábado, dejando de sufrir, gozando de la presencia del Creador y de los familiares y amigos que se han ido antes que ella. También intercediendo por su esposo, hija y familiares que ahora la lloran, pero que muy pronto comprenderán que el mejor sitio para estar no es precisamente la Tierra.

José (Pepe) Damota, roto de dolor porque le habían dicho los médicos que su mujer duraría unos pocos días, aún tuvo el valor de cantar un solo, 'La jota de Bembibre', en la localidad berciana. Yo no estaba allí, pero me dicen los que le escucharon que cantó como nunca. Porque, bien seguro, estaba cantando para su mujer, sabiendo también que sería la última vez que pudiera hacérselo en vida.

Pepe, amigo del alma, los que formamos 'Son do Sil', tus compañeros, te queremos, pero te queremos alegre, como Ermitas hubiera querido, como Ermitas quiere. Porque ya sabes que con la muerte no se muere sino lo peor que tenemos, el cuerpo, porque el alma sigue viviendo, como el recuerdo, para siempre. Muy pronto, en el concierto que 'Son do Sil' dará en Alcalá de Henares, tendrás ocasión de dedicarle la primera canción, mirando hacia arriba, y verás en Ermitas una sonrisa.

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