EL ESPECTRO DE UNA GENERACIÓN

Me ha tocado oír el lamento de un padre que acaba de ver marchar a su hijo hacia la emigración.
Un comentario descorazonador el suyo porque sabe que, cuando haya consumido su vida laboral en ese otro país, tan sólo le quede abrazarse a quienes confiaron en sus posibilidades y le acogieron. O bien volver, y a lo sumo pedir responsabilidades a quienes le fallaron. Sin embargo, y pase lo que pase, los que quedamos aquí ya nunca recuperaremos a esa generación que es el fruto de unos gobiernos irresponsables que aplauden el despilfarro, el bienestar sin esfuerzo, la corrupción y que siguen ofreciendo algunos detalles escandalosos de los que los expertos opinan que sale a la luz sólo un porcentaje ínfimo.

Los escándalos y la entidad que la corrupción están alcanzando en nuestro país, nos muestran una especie de mundo al revés en el que hará falta mucho esfuerzo colectivo. Ante el clamor popular que exige que los responsables devuelvan el dinero y vayan a la cárcel si procede, cuando esta juventud que ahora está empezando a marchar ejerce su protesta con una total legitimidad en las calles, desde ciertos sectores se les tacha poco menos que de golpistas.

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