REALISMO CONSTRUCTIVO

Un problema crucial de toda democracia formal es como la ciudadanía recupera la confianza en los políticos y en la política. También los ciudadanos han de adoptar una postura más receptiva, más analítica, más creativa, siempre que se les permita. La psicología de base suele tener como objeto de estudio preferente las 'actitudes' de los sujetos ante los problemas. Pero como otras facetas de la personalidad, las actitudes se construyen mediante la repetición, no siempre crítica, de acciones orientadas a la consecución de algunos objetivos.
Estas consideraciones inciden en el núcleo central de los mensajes de los políticos que, en lugar de tratar de recrear la realidad, se han dedicado a inventariar y a fantasear y describir una realidad humana ficticia, más evidente y cotidiana. Ya nadie les cree, por lo que constituyen una de las preocupaciones más serias de los ciudadanos. La realidad expuesta por los políticos no sólo no refleja la complejidad creciente de la sociedad actual, sino que a la vez la camufla, la oculta y la silencia. La realidad real los desborda y por ello tratan de salvar los muebles sin preocuparles demasiado las necesidades éticas de su comportamiento.

Se habla poco de la función social de la política y de los políticos. Es el momento de practicar un realismo crítico constructivo como un servicio a la comunidad y no sólo al partido. Sólo esta capacidad de servicio crítico y creativo los legitima. Los ciudadanos que reciben los mensajes de los políticos no son impotentes, también tienen sus armas, como el distanciamiento de los políticos.

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