Los dos principales encausados se valieron de otras personas, residentes en Celanova, para conformar el entramado de distribución.
La Audiencia ha reservado dos días para juzgar a una supuesta trama de drogas (cocaína y hachís) con 11 acusados que operaba en Celanova en 2016. La investigación, según sostiene el fiscal, puso en al diana a la pareja formada por el senegalés M.T. y H.F.M. Los pinchazos telefónicos evidenciaron -añade- que los inculpados se citaban con los consumidores en los locales de ocio o lugares en los que hubiera movimiento de gente. Incluso, según añade, los compradores iban a su casa y le arrojaban la sustancia desde el balcón.
Según el fiscal, los dos principales encausados se valieron de otras personas, residentes en Celanova, para conformar el entramado de distribución. Entre ellos, C.F.A. y su hijo D.F.D., residentes en el mismo edificio. El fiscal dice que ellos eran los encargados de ocultar la cocaína. Otro de los colaboradores, a juicio de la acusación, era el joyero J.M.V., a cuyo negocio acudían en ocasiones los consumidores para recoger la sustancia estupefaciente.
Asimismo, el ministerio público dice que colaboraban con este grupo: el camarero L.F.M. y E.G.R, quien trasladaba a M.T., quien no tenía carné, en coche cuando tenía que acudir a alguna cita relacionadas con el tráfico de drogas.
Por su parte, D.F.M. y L.F.M. eran los encargados de enviar el dinero obtenido con la venta a Senegal, es decir, ayudaban a blanquear ganancias ilícitas.
En el procedimiento también figura J.A.C.V., comprador de A Valenzá, quien a su vez vendía en su casa y suministraba a R.A.Y.
Como principal suministradores de los celanoveses, sitúa a B.E.D., vecino de A Estrada (Pontevedra), y a J.L.R.