Un tercio de los cofrades de la hermandad de San Rosendo colabora en la apertura de la iglesia

Jubilados con horario de oficina

Gloria Rodríguez y Antonio López, dos de los cofrades, en el trascoro del templo celanovés. (Foto: LR)
Abrir la iglesia, atender a los peregrinos y, en alguna que otra ocasión, hacer de guías para los curiosos y turistas que se cuelan en el templo celanovés se han convertido en las nuevas tareas de los jubilados celanoveses. Además de realizar las tareas del hogar o colaborar en el cuidado de los nietos, los cofrades de mayor edad de la recién creada hermandad de San Rosendo se han convertido en los mejores difusores de su mensaje a través de un sistema de voluntariado.
‘Para estar en casa sola o pasando frío en la calle, prefiero estar en el templo del señor. Además, sino fuera por nosotros, la iglesia se pasaría gran parte del día cerrada’, confiesa Concha González, una de las 78 cofrades de la recién creada hermandad de San Rosendo que, entre otras tareas de fomento del culto y la colaboración parroquial, participa en un calendario voluntario que facilita la apertura del templo y la atención a los peregrinos fuera del horario de culto.

Sus palabras las ratifica Ramonita Gil. A sus 86 años, no le asustan ni las bajas temperaturas ni el silencio sepulcral que en ocasiones inunda la iglesia parroquial. ‘Tenemos calefacción y nunca estamos solas’, advierte sentada en el coro bajo de la iglesia. Desde allí, vigila a los visitantes y relata, a quien quiera escuchar, la composición del retablo del altar mayor, la cúpula de la iglesia o del Claustro Barroco construido según los planos de Fray Juan de Badajoz. Entre turno y turno, los voluntarios tienen tiempo de ponerse al día con sus amigos, ayudar en la limpieza del templo e incluso atender a las preguntas de los visitantes. ‘La gente queda asombrada cuando entra y se encuentra con esta iglesia que es extraordinaria y no duda en preguntar a quien le salga al paso por su origen’, advierte Gloria Rodríguez, otra cofrade.

Y es que, tras la celebración del Año Jubilar, la parroquia de San Rosendo ha experimentado un incremento en el número de peregrinos. Muchos son repeti dores del Año Jubilar y otros, amigos o conocidos de los primeros que acuden, bien por devoción o curiosidad, a conocer el templo ideado por el obispo de Mondoñedo y fundador de Celanova. ‘Esto no es Fátima, ni Lourdes, ni Santiago de Compostela, pero es cierto que a raíz de la celebración del año santo el número de peregrinos se ha multiplicado y es nuestro deber como cofrades y devotos, atenderles en todo lo que está a nuestra mano’, coincidían los integrantes de la hermandad.

El párroco local y miembro de la gestora que de manera provisional lidera las actuaciones de la hermandad, César Iglesias, Grande destaca que ‘os cofrades son xente devota e voluntariosa nas tareas parroquiais, non só da irmandade’. No obstante, además de colaborar con la parroquia en la atención a los peregrinos desde el punto de vista espiritual, pastoral, humano y cultural; entre las misiones de los cofrades está la acción caritativo-social.

Nuevas incorporaciones

Tras el acto de constitución oficial, celebrado el pasado mes de noviembre, la cofradía ultima ahora la creación de la junta directiva, así como los preparativos para la festividad del 1 de marzo, día de San Rosendo, ‘donde, además de los actos que celebramos todos los años, recibiremos a los nuevos cofra des que, a raíz de la puesta en marcha de la cofradía, han mostrado su interés por adherirse’, matizaba Iglesias Grande.


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