Presidida por el obispo de Ourense, Luis Quinteiro Fiuza, los fieles llegados desde distintas parte de la comarca, siguieron con interés y devoción la primera misa por este rito característico de la península Ibérica durante el tiempo de Rudesindus.
El obispo de Ourense, Luis Quinteiro Fiuza, era el encargado de presidir la primera misa por el rito hispano-mozárabe que se celebra en tierras de San Rosendo desde el siglo XI.
Con gran expectación y con algún que otro curioso merodeando por el templo, a las siete de la tarde comenzaba la liturgia con más de 300 personas en la iglesia de San Salvador. ’No se trata de un acto caprichoso, ni de una representación teatral’, reconocía el obispo de Ourense Luis Quinteiro, ’estamos uniéndonos con el modo de celebrar la Eucaristía de San Rosendo y sus monjes’, matizaba.
Con gran solemnidad y siguiendo al pie de la letra cada paso marcado en un libreto editado para la ocasión, la misa se prolongó por espacio de una hora. ’¿No hacen nada raro?’, preguntaban los curiosos que entraban y salían de la iglesia parroquial de San Salvador. Mientras, los fieles seguían con atención una liturgia llena de plegarias y cantos que respondían diciendo ’amén’, ’aleluya’, o con breves e insistentes estribillos. Acompañados por la Coral Solpor y la melodía del órgano celanovés, durante toda la liturgia se mantuvo un diálogo constante entre los fieles y la comunidad religiosa. ’Es un rito más de entre los diferentes modos de celebrar la Eucaristía que existen en todo el mundo’, explicaba el obispo a sus fieles durante la homilía.
Fuente de fe
De entre las diferencias con el rito latino, cabe destacar fueron las numerosas lecturas en las que participaron vecinos de la villa o la fracción del pan. ’En el rito latino sólo se parte en uno, mientras que en la mozárabe se fracciona en nueve, representando los misterios de Jesucristo’, explicaba el párroco cela novés, César Iglesias. Durante la homilía, el obispo resaltó la importancia de la Eucarística como modo de propagar la fe, ’este año el objetivo de la diócesis será cuidar con especial interés esa celebración, que es la fuente de la fe’, anunciaba Luis Quinteiro Fiuza.
La misa fue compartida por numerosos fieles celanoveses, pero también por vecinos llegados desde concellos limítrofes. ’Es una celebración especial’, coincidían vecinos de Ramirás, Verea o la propia Celanova. Enmarcado dentro de los actos con motivo del Año Jubilar, muchos de los asistentes optaron por adelantar su entrada a la iglesia, con el objetivo de poder visitar la exposición ’Rudesindus. O legado do santo’, organizada por la S.A. de Xestión do Plan Xacobeo.
