¿Triunfó el amor en la fiesta de singles de Celanova?

Fiesta de solteros en Celanova

Fotos Martiño Pinal
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Celanova albergó la segunda edición de la fiesta de singles, con una cena baile con participantes llegados de toda Galicia

Solteros de toda Galicia, de Madrid, Sevilla, Zamora, Zaragoza o Portugal se citaron ayer en Celanova para compartir una velada y encontrar el amor en la segunda “Festa single”. La cena-baile arrancó por todo lo alto, con un coche de época como foco de atracción entre las calles Rosalía de Castro y Pardo Bazán, y las primeras confidencias y saludos en el cóctel de bienvenida organizado en el Administración Gastro Bar, con degustación de quesos Feijoo incluida.

“Temos que presumir do bo produto que temos en Celanova”, comentaba Julio Gosende, uno de los organizadores que auguraba que la celebración “ten moi boa pinta”, mientras saludaba a los participantes, un total de 200 entre 35 y 83 años. “A media está entre 45-60 anos, na idade que se divorcia a xente”, bromeaba señalando que “este ano as mulleres son maioría”.

Celosos de su anonimato, la mayoría de los presentes compartía sus sensaciones para esta noche fuera de micrófono. “Tráenme aquí cos ollos pechados”, bromeaba una ourensana que decía estar de incógnito. Ana, una madrileña residente en O Barco, tenía claras sus intenciones. “Vengo aquí a buscar el amor. Ciento y pico kilómetros, me he cogido un hotelito. Si no lo encuentro hoy…”, decía entre risas. A su lado, Madalena, una sevillana que aseguraba llevar dos inviernos residiendo en Ourense, coincidía: “Venimos con mucha ilusión. Mira, ¡cruzo los dedos!”.

Desde A Estrada, Víctor y Juan conocieron la cena por las redes sociales. “Vimos a pasalo ben, a nada en concreto”, comentaban sin saber si volverían o no a casa después de la cena. “Aínda non se sabe!”, bromeaban. Francisco y João, dos solteros de Braganza (Portugal), llegaban dispuestos a divertirse y pasarlo bien en una cena-baile que se prolongó hasta las cuatro de la madrugada en el restaurante Betanzos de Puente Grande.

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