Manuel Alejandro López, director de la Banda de Música de Zamora
Las mujeres de la Coral de A Bola se despedían este fin de semana del que en los últimos seis años ha sido su director, Manuel Alejandro López. El joven músico que llegó siendo un niño al concello bolés, donde cultivó su afición por la música e inició sus primeros pinitos en la Banda de Celanova como intérprete de tuba, ha sido designado nuevo director de la Banda de Música de Zamora tras un proceso de selección al que concurrieron 40 profesionales de España y Portugal.
¿No es muy joven para ser director de una banda provincial?
Sí, puede ser. Pero llevo desde los 19 años dirigiendo la Coral de A Bola y eso juega a mi favor. Aunque me queda muchísimo por aprender, estos años en A Bola me han permitido mejorar profesionalmente. Creo que todas las personas dedicadas a la dirección deberían pasar por una coral. La voz humana es el instrumento más natural que tenemos y es un error que en la formación musical no se incluya una formación vocal sólida desde el principio de la carrera.
¿Cómo surgió la posibilidad de dirigir la Banda de Zamora?
En agosto salió en los medios una convocatoria pública para director, me llamó la atención y me anoté. Profesionalmente supone un reto importante porque es una banda de capital de provincia y de gran tamaño (80 personas) y con unos músicos con ganas de aprender.
¿Qué objetivos se ha marcado para este nuevo proyecto?
La banda es toda una institución en Zamora, a la que la gente le tiene mucho cariño y con la que se siente muy identificada, sobre todo con un género, la zarzuela. Esto es algo que como director respetaré y tendré en cuenta, lo que no quiere decir que no aporte mi sello personal e introduzca ideas nuevas, como en el concierto de primavera, en el que espero poder presentar un espectáculo musical con piezas para todos los gustos y edades. Otra propuesta que tengo es la creación de un comité artístico conformado por tres músicos de la banda que me ayudarán en la gestión y que harán un poco de enlace con los intérpretes. Es una manera de implicar a más gente en el proyecto.
¿Cuál es la situación del sector?
Es evidente que estamos en una época difícil para todas las profesiones y, para el mundo cultural peor, pero creo que a pesar de los ajustes, las orquestas profesionales se están manteniendo. Independientemente de eso, pienso que es el momento de hacer una reflexión en cuanto a la educación musical. Estamos formando a intérpretes para ser el mejor solista internacional, pero la realidad social y profesional es muy diferente, porque acabamos tocando en bandas, ensembles o orquestas. La música es algo grupal y es un error muy grande no enfocarlo así. Otro problema que tenemos es que hay demasiados conservatorios superiores, deberíamos apostar por una mayor profesionalización y sobre todo, valorar más a nuestros músicos, tenemos muy buenos directores e intérpretes que se están marchando fuera.
