Fue el primero al que se le ocurrió hacer la guitarra para concierto de palosanto porque hasta entonces eran de ciprés
El flamenco es un desgarramiento, afirmaba Paco de Lucía, que aseguraba que él lo había vivido "muchas veces" a través de la guitarra, con la que tenía que sentirse cómodo por encima de cualquier cosa "para ser y para dar" y por eso si no le convencían las abandonaba para no volver a ellas jamás.
Lo cuenta en declaraciones a Efe Felipe Conde, luthier, como su padre y su tío, y artífice de las guitarras que tocó siempre Paco de Lucía, una marca que cumplirá el año que viene cien años.
"Fue un visionario para todo. A él fue el primero al que se le ocurrió hacer la guitarra para concierto de palosanto porque hasta entonces eran de ciprés. Era absolutamente genial y tan sencillo como todos los genios, además de honrado y honesto como nadie ", recuerda.
En una carta que les envió hace ya 35 años, el artista fallecido hoy en Cancún (México) a los 66 años de un infarto, reflexiona sobre las razones de su gratitud hacia ellos.
"El sentirse cómodo en la vida, en general, es algo sin aureolas pero que de una forma y otra se encuentra como condición esencial, primero para ser y segundo para dar. En mi música tengo que hacer y tengo que dar. Tengo que identificarme primero para poder luego transmitir", les dice.
Tenía varias guitarras, "más de 20", y la última la tocó durante los últimos quince años.
"No daba muchos problemas. Tenía siempre muy claro lo que quería. Solo tocaba nuestras guitarras desde que empezó porque su padre -el también guitarrista Antonio Sánchez Pecino- era muy amigo del mío y de mi tío y conocíamos mucho a sus otros hermanos, María, Ramón -ambos fallecidos- Antonio y Pepe", rememora.
Había llegado a un nivel hace muchos años, apunta, en el que ya todo "era sufrir" porque debía estar siempre a la altura de las expectativas y eso implicaba "muchísimo sacrificio y dedicación".
La guitarra, sostiene, le debe a Paco de Lucía "muchísimo" porque "la llevó por todo el mundo y le dio un valor e importancia que en España no se le da".
Cuando actuó en 1973 en el Real, "con los puristas de uno y otro lado rasgándose las vestiduras", De Lucía ya había actuado en los mejores teatros del mundo, recalca.
"El flamenco es un desgarramiento y (...) para desgarrar el sonido a una guitarra hay que darle alma, magia o arte, en definitiva. Y solo un artista sabe crear un cuerpo a ese arte, un cuerpo que inunde con fuerza de color y forma", añadía Paco de Lucía en aquella carta de agradecimiento. EFE
