El rodaje en Barcelona de la película Red Lights, con Robert de Niro como protagonista, recaló ayer en el Casino de la Alianza del Poblenou envuelto en el secretismo que rodea esta producción dirigida por el ourensano Rodrigo Cortés, responsable de Buried.
Poco trascendió de la película, en la que el actor neoyorquino interpreta a un famoso psíquico con poderes paranormales llamado Simon Silver. Según fuentes próximas al rodaje, en las escenas que se grabaron ayer se representa una obra teatral con participación de unos 300 figurantes, que hicieron de público. De Niro se dejó ver muy poco y sólo salió de su autocaravana para entrar directamente al set de grabación sin pararse a atender a sus fans.
