El deán de la Catedral cree que 'el que se lo llevó sabía de su incalculable valor y como llegar a él'

Sólo tres personas podían acceder al Códice Calixtino

El deán José María Díaz observa una edición facsímil del Códice Calixtino. (Foto: LAVANDEIRA)
La policía ha puesto en marcha un amplio despliegue de efectivos para tratar de localizar el paradero y recuperar el Códice Calixtino (siglo XII), considerado como la primera guía del Camino de Santiago y de valor incalculable, sustraído de la catedral compostelana.
El deán de la Catedral de Santiago y archivero ayor, José María Díaz, explicó ayer que las cerraduras y puertas de la estancia donde se hallaba el Códice Calixtino no presentan signos de violencia ni de haber sido forzadas, y afirmó que sólo él y otras dos personas tenían acceso a esa sala, que alberga documentos de gran valor propiedad de la catedral, como los Tumbos de Compostela, con las copias de privilegios de la diócesis de Santiago, o el denominado Breviario de Miranda, que no fueron robados. 'El que se lo llevó sabía de qué se trataba, sabía del incalculable valor, y sabía cómo llegar a él, y si no, lo averiguó para poder llegar', indicó.

El deán no quiso entrar en detalles a la hora de hablar de las medidas de seguridad, pero dijo que 'hay controles en todos los ángulos del claustro, de forma que queda fotografiada cualquier persona que pueda entrar'. 'Todo el Cabildo se siente víctima de un gran atentado y de una tremenda ilegalidad', añadió, e indicó: 'Si sospecho de alguien, no lo digo'. 'Hay que ponerse en lo peor deseando lo mejor', sostuvo. A preguntas de los periodistas también explicó que la Catedral posee una póliza de seguro pero no así el Códice Calixtino en particular.


FALTA DESDE EL MARTES

Al dar cuenta de cómo se desarrollaron los hechos, el deán explicó que fue el pasado martes cuando uno de sus colaboradores, el medievalista José Sánchez, echó en falta el Codex Calixtinus en el momento de cerrar el Archivo. Continuó detallando que fue él mismo junto a otros cuatro empleados del Archivo los encargados de buscarlo en la sala y en estancias contiguas y que, al no encontrarlo, se informó a la policía de la desaparición. El deán añadió que las competencias en materia de seguridad en torno al Archivo de la Catedral son del Cabildo, y precisó: 'El canónigo archivero soy yo, y la responsabilidad me corresponde a mí'. Agregó que no recuerda cuando fue la última vez que vio en su sitio el Códice Calixtino, 'quizás hace un mes', señaló, si bien precisó que uno de sus colaboradores 'está seguro de haberlo visto el jueves o viernes de la semana pasada, y en su sitio'.

'Cuando se enseña, es en el mismo salón principal del Archivo, y siempre con un servidor delante', dijo José María Díaz, quien aseguró que el Códice Calixtino nunca sale de la cámara de seguridad sino que los investigadores consultan un facsímil o imágenes digitalizadas. El deán indicó que 'como norma' el Liber Sancti Iacobi no se sacaba nunca fuera del Archivo catedralicio y que las dos últimas veces que se expuso fuera fue en los años 1975 y 1993 con motivo de sendas exposiciones.

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