El Andorra, rival mañana (21,00 horas) del COB en el Pazo, es la versión antagónica de un recién ascendido. Rivales que comparten camino para llegar a una Liga que confirma la ilusión generada por los andorranos y repele hasta ahora las aspiraciones de los ourensanos.
El Andorra no conoce la derrota y en su camino ya ha triturado a algunos de los principales candidatos al ascenso. Lo bueno del Andorra son las victorias, lo mejor, que su juego va a más. Ha pasado de sufrir para ganar al Huesca, a remontar al Breogán, tutear al Alicante y dominar al Melilla. Cuatro de cuatro y subiendo.
El perenne líder de la LEB Plata la temporada pasada es ahora colíder en LEB Oro. La base del equipo ayuda a explicar el éxito. Sigue Peñarroya en el banquillo y se mantienen jugadores como Sánchez, Maresch, Flis o Wright. Jugadores de suma a los que el técnico ha añadido multiplicadores en los puestos clave.
Todos los fichajes del Andorra han supuesto un salto de calidad exceptuando al joven David Guardia. Todos son decisivos. Empezando por uno de los mejores bases de la Liga, Dani Pérez. No deja de crecer y de confirmar lo que se presumía en el Barcelona, anunció en Lleida y rubricó en Menorca. El austriaco Schreiner es la rotación que se encarga de no bajar el nivel. Más físico y menos calidad ofensiva.
HAMPL, SAFFORD Y BLANCH
Otras tres caras nuevas marcan la diferencia. Marc Blanc vuelve a ser el jugador determinante de Inca. Uno de los nacionales con más puntos en las manos. Tira, corre y penetra. Asume la responsabilidad si el equipo lo necesita.
En la zona Hampl es la pieza clave. La torre checa (2,15) tiene los minutos de los que no gozó en la ACB y se hace notar en una Liga que debe catapultarlo de regreso. Gran complemento para Flis, que rinde mejor que en Plata, y sobretodo para Justin Safford. Brilló en Suecia cuando anímicamente se sintió fuerte y en España confirma su versatilidad. Buen físico que combina con aceptables movimientos, el añadido de ser zurdo y un buen tiro de media distancia.
Un equipo diseñado a conciencia y con criterio. Una apuesta que puede devolver la afición a un deporte que en Andorra ya brilló en la ACB y en Europa.
El perenne líder de la LEB Plata la temporada pasada es ahora colíder en LEB Oro. La base del equipo ayuda a explicar el éxito. Sigue Peñarroya en el banquillo y se mantienen jugadores como Sánchez, Maresch, Flis o Wright. Jugadores de suma a los que el técnico ha añadido multiplicadores en los puestos clave.
Todos los fichajes del Andorra han supuesto un salto de calidad exceptuando al joven David Guardia. Todos son decisivos. Empezando por uno de los mejores bases de la Liga, Dani Pérez. No deja de crecer y de confirmar lo que se presumía en el Barcelona, anunció en Lleida y rubricó en Menorca. El austriaco Schreiner es la rotación que se encarga de no bajar el nivel. Más físico y menos calidad ofensiva.
HAMPL, SAFFORD Y BLANCH
Otras tres caras nuevas marcan la diferencia. Marc Blanc vuelve a ser el jugador determinante de Inca. Uno de los nacionales con más puntos en las manos. Tira, corre y penetra. Asume la responsabilidad si el equipo lo necesita.
En la zona Hampl es la pieza clave. La torre checa (2,15) tiene los minutos de los que no gozó en la ACB y se hace notar en una Liga que debe catapultarlo de regreso. Gran complemento para Flis, que rinde mejor que en Plata, y sobretodo para Justin Safford. Brilló en Suecia cuando anímicamente se sintió fuerte y en España confirma su versatilidad. Buen físico que combina con aceptables movimientos, el añadido de ser zurdo y un buen tiro de media distancia.
Un equipo diseñado a conciencia y con criterio. Una apuesta que puede devolver la afición a un deporte que en Andorra ya brilló en la ACB y en Europa.
