La selección española de balonmano tratará de cerrar su participación en el Europeo de Dinamarca con un triunfo sobre Croacia que le otorgue la medalla de bronce, y con ello la vuelta al podio continental, ocho años después de la plata conquistada en Suiza 2006.
Una medalla de bronce que ya le arrebató el conjunto balcánico hace dos años en Belgrado, tras imponerse por 31-27 al equipo, entonces dirigido por Valero Rivera, en la final de consolación del Europeo de Serbia 2012.
No lo tendrá tan fácil la selección croata en esta ocasión, ya que a diferencia de lo ocurrido en la capital serbia esta vez sí parece que España ha encajado el varapalo de verse fuera de la final.
Fruto de la madurez de un equipo, el vigente campeón del mundo, que ya sabe la enorme diferencia que existe entre marcharse del torneo con una medalla al cuello, tal y como ocurrió en el Mundial de Suecia 2011, donde logró el bronce, o cerrar de vacío un Europeo, que arrancó con el objetivo de proclamarse campeón.
Sin embargo, España necesitará algo más que fortaleza mental para doblegar a una selección croata, vigente bronce olímpico, mundial y continental, que llegó a Dinamarca con argumentos suficientes para pensar en el oro.
Sustentada en una férrea defensa, con el siempre efectivo Mirko Alilovic bajo palos, el conjunto balcánico castiga cada mínimo error del rival con un fulgurante juego de contragolpe, en el que los rapidísimos extremos Cupic y Manuel Strlek tienen un papel fundamental.
Una circunstancia que obligará a España a minimizar las pérdidas de balón y a mejorar notablemente su efectividad en el lanzamiento, una de las claves de la derrota sufrida ante Francia en la semifinal.
HERNING, 15,00. TELEDEPORTE.
No lo tendrá tan fácil la selección croata en esta ocasión, ya que a diferencia de lo ocurrido en la capital serbia esta vez sí parece que España ha encajado el varapalo de verse fuera de la final.
Fruto de la madurez de un equipo, el vigente campeón del mundo, que ya sabe la enorme diferencia que existe entre marcharse del torneo con una medalla al cuello, tal y como ocurrió en el Mundial de Suecia 2011, donde logró el bronce, o cerrar de vacío un Europeo, que arrancó con el objetivo de proclamarse campeón.
Sin embargo, España necesitará algo más que fortaleza mental para doblegar a una selección croata, vigente bronce olímpico, mundial y continental, que llegó a Dinamarca con argumentos suficientes para pensar en el oro.
Sustentada en una férrea defensa, con el siempre efectivo Mirko Alilovic bajo palos, el conjunto balcánico castiga cada mínimo error del rival con un fulgurante juego de contragolpe, en el que los rapidísimos extremos Cupic y Manuel Strlek tienen un papel fundamental.
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